Hablar de La Flor de Miranda es hacerlo sobre calidad y exclusividad, Pocos igualan sus pescados y mariscos. Productos de temporada y con bastante oferta fuera de carta.

Llevo años acudiendo a sus instalaciones, desde que empezaron. Sus gambas destacaron desde el principio, siendo las mejores que conozco y sus langostinos frescos tres cuartos de lo mismo, así que estas raciones siempre forman parte de la comanda.

Hoy nos hemos encontrado sobre la mesa una interesante oferta, un champagne que no conocíamos, nos hemos decidido a probarlo y ha sido todo un acierto.

Comenzamos con unas navajas. Tamaño justo, tersas, de muy buen sabor y punto perfecto.

Continuamos con uno de nuestros clásicos, los langostinos frescos. Langostino rallado perfecto de punto, si hay algo que diferencia a las elaboraciones del lugar es la perfección a la hora de cocer o planchar el género, aquí nunca falla el cocinero.

Las consabidas gambas. Deliciosas y sobre las que no hay mucho más que añadir.

Para terminar, arroz con carabineros. Una acertada recomendación de nuestro anfitrión.

De postre tarta de hojaldre, buenísima, y un flan de la casa.

Toda la comida, a excepción de la tarta, era apta para celiacos.

Por El Mule

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