Siempre me ha gustado acercarme a donde oficie Javi y que el se encargue del menú, nunca falla.
Comenzamos tomado un gambón a la brasa, todo un clásico del lugar, lo sirve en una vajilla muy especial que conozco hace años desde que regentaba Sambal, el punto es perfecto.
Percebes, pequeños pero sabrosos que se complementan con unos mejillones a la brasa, un mejillón del pequeño francés.
Pimientos también a la brasa, deliciosos.
Ensalada de rúcula y bonito braseado, una elaboración que nos ha sorprendido muy gratamente a los dos comensales.
Gamba con torrezno y un sutil curry, algo ya conocido y no por ello menos deseado.
Salmón al yogur, con pepino y huevas, también nos pareció una elaboración muy apetecible.
Bacalao con aceituna negra, ya lo habíamos probado con anterioridad, pero nos encanta repetir.
Para terminar un arroz con trompetas de los muertos, angula de monte y pollo, que no pudimos terminar.