Hemos Comido en La Carteria en Cartes, un lugar muy especial en un sitio también muy especial.
Cartes es una de las villas cántabras que mejor han sabido conservar su disposición original, creada en plena Edad Media.
El Camino Real que lo atraviesa aparece jalonado de majestuosas casonas a ambos lados. En épocas anteriores el camino constituyó la principal vía de comercio entre el puerto de Santander y las tierras castellanas, fue la salida principal de Cantabria hacia la meseta.
Mantequilla de anchoas. Increíble sabor a raudales y el aceite navarro no le queda a la zaga, nos lo presentaron como suave, pero ojito, sabor bien marcado, el aceite Belasco, buenísimo.
Boletus salteados. ¡Por Dios, qué boletus! Producto para elevar a los altares, Kike los borda.
Cococha de bacalao con un pil pil increíble. Brutal, un aceite de diez y la cococha tersa, sabrosa, también de diez, los torreznos que le acompañan aportan textura y sabor completarío, maridaje perfecto.
Arroz con cigalas y alcachofas. De los mejores arroces que recuerdo, en su punto, sabor marino y arroz seco, un arroz para recordar. Por cierto, la cigala perfecta, te inunda de sabor su perfecto punto delicioso.
Non invitaron a una copa de un Champagne Nicolas Feuillate Rosé para terminar la comida.
Costilla a baja temperatura acompañada de unas setas de otoño, níscalos de gran sabor. Se nota la raza de la carne, recia, jugosa y sabrosa, sin enormes cantidades de grasa, la reducción de salsa que les acompaña es para acabar un pan, de matrícula de honor.
El postre al mismo nivel que todo lo anterior, las fresas son una auténtica pasada.
Con el café un acompañamiento.
Comida extraordinaria, un lujo, lo destacaría entre lo mejor de la comunidad