Hemos Comido…en Suances, en la Bodega de Sidro un lugar para disfrutar del pescado y del marisco.
Mayo 2017, Hace algo más de un año que no pasábamos por la Bodega, siempre atraidos por lo mismo, una buena oferta de pescado y marisco. Llamamos a última hora, tenían el comedor y la terraza completa, así que nos sentaron en otra terraza que no conocía, situada en la parte superior de la casa, un comedor con capacidad para unas tres mesas, esta vez ocupada por ocho comensales más nosotros dos.
A la vista del expositor empezaron a apetecerme ciertos pescados y mariscos que estaban esperando al comensal.
Como la mayoría de los lugares donde la oferta se centra en pescado y marisco fresco, hay que seguir el consejo de las pizarras, vamos, lo que ese día había en la lonja, lo más fresco.
Comenzamos con unos percebes que ese día estaban de oferta, a 25€ la ración. Pocas veces he comido percebes tan malos y eso que me juraron y perjuraron que eran de Suances; no estaban mal de sabor, pero con una textura que se deshacía, me recordaban a ciertos percebes marroquíes que tomé hace tiempo.
Comimos con un cava Freixenet Vintage reserva 2013, es un cava brut nature elaborado por Freixenet. Se trata de un coupage de las uvas Macabeo y Parellada. Suave y de gran frescor. Muestra toques de frutos secos y un final seco y de gran frescor.
Después de los lamentables percebes, tomamos un centollo buenísimo, con un punto de cocción justo, al natural sin añadidos en los «residuos» de la cáscara, por supuesto que nos lo comimos cucharada a cucharada. Bien Lleno el cuerpo de carne, jugosa sabrosa, suelta.
Las patas no estaban muy llenas, pero bien jugosas en igual medida que el cuerpo. En fin, el centollo resultó estar estupendo, de los mejores que he tomado.
Después de estos entrantes, en definitiva dos platos de marisco, continuamos con dos pescados que compartimos. En primer lugar un cabracho de nuestras costas, a la plancha. Uno de mis pescados favoritos, con textura y sabor a marisco, muy bien planchado, rico rico de verdad.
Continuamos con unos bocartes fritos sin harina, de feo aspecto pero realmente buenos, nos apetecían bocartes y como mi acompañante es celiaca la mejor manera que se nos ocurrió fue esta, fritos sin harina y salados con sal gorda. Si es que los bocartes están buenos de cualquier manera, para mi es el pescado más representativo de nuestra comunidad.
De postre una tarta de hojaldre, la típica de Torrelavega, hojaldre recién hecho fresco y crujiente con el relleno de las tartas de Santos.
El restaurante sigue teniendo una buena oferta de pescados y mariscos frescos, salvo la sombra de los percebes todo lo demás de primera.
Por El Mule