Hemos Comido…en Melly, hay dos eventos a lo largo del año que nunca me pierdo, las jornadas de los calçots y las de Fariña con caracoles.
Habitualmente suelo acercarme en manada, vamos, con más gente, ya que una parte muy importante de la reunión es cuando nos sentamos todos con Juan a comentar el devenir de la gastronomía. En esta ocasión nos juntamos seis, Floren Bueyes, Alfonso Fraile y yo, con nuestras respectivas parejas
Antes de sentarnos a la mesa nos ocupamos en dar buena cuenta de una Botella de Pintia 2010 que me habían regalado recientemente, pero que al final resultó no estar en su mejor momento.
Ante un día lluvioso y frío nos obsequiaron con una sopa de ajo y unos mejillones en escabeche. La sopa entonaba de maravilla y los mejillones estaban buenísimos y sobre todo artesanales, pero el frío enseguida nos envió al comedor.
Teníamos muy claro qué comer, pues veníamos a por las jornadas de calçot y eso fue lo que tomamos.
Bebimos cava en porrón, una tradición que relaja la solemnidad que hoy en día muchos dan al hecho de tomar vino al compartir y reir en torno a un objeto ínico de nuestra particular cultura de origen incierto. Sus dos vitudes principales son que sirve para beber sin utilizar vaso y también como medida. Su uso se extiende por toda España, aunque tiene mayor arraigo en Cataluña.
Provistos de nuestros baberos nos abalanzamos sobre este vegetal que sudaba en su envoltorio de prensa.
Y así uno a uno dimos buena cuenta de ellos, limpiándolos a la manera tradicional y acompañándolos de un poco de ali oli y de su habitual acompañante, la salsa romesco.
Después del primer incidente pasamos al segundo, que este año no venía acompañado de munchetas si no con patatas, algo que nunca me disgusta y que acompaña igual de bien a una buena butifarra.
En los segundos hubo disparidad de criterios. Bocartes al ajillo.
Yo tomé cabrito asado. Nunca lo habia tomado aquí y resultó de mi entera satisfacción.
Alcachofas a la montillana.
Calamar encebollado.
En los postres, helado de crema catalana y tocino de cielo.
La sobremesa resultó extensa y entretenida, desfiló mucho conocido, Juan se sentó con nosotros y nos comentó sobre su nuevo proyecto, un libro sobre gastronomía.
Durante la sobremesa tomamos unas copitas de Pedro Ximenez, que acompañó a todos los comensales a las mil maravillas.
Al final la nota, algo que todos sabíamos ya que era lo que habíamos pedido.