Hemos Comido…en La Dársena en Suances, un habitual de las jornadas del atún, este año no me fue posible aistir al ronqueo, pero las jornadas tenía claro que no podía perdérmelas.
El atún es uno de mis pescados favoritos, aunque comer uno bueno es difícil; en pocos sitios compran uno entero y te lo sirven durante unas jornadas, en las que realmente se aprecia la calidad del pescado en sus diferentes variaciones.
Este año se puede elegir entre una serie de platos de la carta y un menú degustación donde te sirven un total de 250gr. de atún.
Mientras esperas te sirven un aperitivo, en este caso un puding de pimientos del piquillo acompañado de pan tostado. Yo soy más de pan pan, pero panes aparte el puding estaba bueno y cumplió el cometido de hacer más llevadera la espera.
Los vinos de la jornadas resultaron ser todos de indicación geográfica Costa de Cantabria, lo cual me parece perfecto. Un restaurante que se preocupa de tener una buena representación de nuestra tierra se merece como poco el reconocimeinto, aunque la realidad es que son pocos los que no ofertan estos vinos, pero La Dársena siempre ha destacado por apostar por el producto de cercanías y de calidad. Tomé solo una copa de Yenda, un vino de nuestros amigos Asier y de Miriam, que año a año se van superando. Pero había otros tres vinos de la jornadas, un total de cuatro, a cual mejor dentro de la oferta de Costa de Cantabria: Casona Micaela, Ribera del Asón y Behetría de Cieza.
Comencé con una buena representación de la gastronomía japonesa: dos maquis de aguacate atún rojo y alga nori; dos niguiris de atún, wasaby y arroz; tres shashimi de atún, uno de ellos pensé que era de ventresca, pero no, era de una zona bien infiltrada que resultó ser el rey del corte de este plato, mejor que bueno; tres uromaki de atún y aguacate, acompañados de wasaby, gengibre y alga. También había tres salsas donde elgir: soja, ranchera y una picante que creo era siracha. Un compendio de diferentes elaboraciones muy atrayente y sabroso.
Continué con un carpaccio de atún con trufa y parmesano. El sabor a trufa junto con la sal negra que impregnaba al atún resultó todo un descubrimento, un sabor sin igual y del que espero no olvidarme. El parmesano no aportaba nada al plato, por lo cual lo aparté. De todos modos, un acierto de elaboración.
Para terminar, tataki de atún sobre fideos. El tataki es una técnica macera el pescado con vinagre y jenjibre, fundamentalmente, para después ser pasado por la sartén y filetearlo. Este, en concreto, resultó uno de los que más me ha agradado desde que conozco esta elaboración. La cama de fideos recibía todos los jugos procedentes del corte y resultaba muy agradable como acompañamiento del atún. Estas dos últimas elaboraciones resultaron toda una sorpresa, disputándose el primer puesto de esta agradable comida.
De postre panacota con helado.
Las jornadas resultan de lo más recomendables, como todos los años. Como decidí tomar el menú de las jornadas no probé nada de la carta de las mismas, pero lo que ví pasar dejaba claro que el local estaba lleno por algo. Por cierto, las jornadas tinen un precio de 37€.