Hemos Comido…en Casimira, en la calle Casimiro Sáinz, aprovechando que estábamos de VI Rutra de los pucheros de Cantabria.
Marzo 2018. Y aprovechando que me quedaba solo este lugar por pasar a degustar como jurado de las jornadas, me acerqué con la familia a comer. Así todos contentos, yo acabo con mis deberes y la familia me acompaña de comida.
A Casimira lo sigo muy de cerca, es un lugar que se encuentra en constante evolución. Hasta hace no mucho su tortilla no la conocía nadie y hace unas pocas fechas cambiaron la forma de hacerla y se ha posicionado como una de las más deseadas de nuestra ciudad.
Otro de sus puntos fuertes son las verduras de temporada, siempre oferta algún tipo de verdura fresca. Yo he probado aqui alcachofas, pisto, puerros en vinagreta, ensalada de tomate (sabiendo que el tomate es una fruta, pero el que aquí ofertan es siempre lo mejor del mercado), la parrillada, etc.
Aún estando en invierno, los otros dos comensales tomaron media ración de tomate con una pinta buenísima.Tomate, aguacate, cebolla roja, aceite de oliva y vinagre de jerez, una pasada según los comensales.
Mientras ellas atacaban el tomate yo comencé con una contundente sopa de cocido lebaniego. Primer vuelco del cocido, potente y con fideos recien hechos, Liébana en cuerpo y alma. Mis dos acompañantes no podían tomar cocido, pues son celiacas y en él se cuecen los rellenos que lleban pan. Una sopa para atravesar el desierto. Muy buena.
La siguiente ración que compartieron fue un carpaccio de calabacín. Una novedad que probé y que nos gustó a todos. Calabacín, piñones, un poco de queso de cabara y virutas de jamón, un chorro de aceite, sal y poco más. Sabroso y novedoso.
Segundo vuelco, los garbanzos, el repollo, los rellenos y el compango. A la vista queda, ración generosa y perfecta cocción de todos los elementos que conforman este guiso de montaña.
Los otros dos comensales terminaron con unos tacos de solomillo. Una carne de gran calidad acompañada de unos piminetos que quitan el hipo y unas patatas artesanas. Una ración que yo suelo pedir en la barra pues me entusuiasma y nunca defrauda.
Y al final la nota, en la que no aparece el cocido lebaniego dado que formo parte del jurado de las jornadas, pero todo lo demás nos resultó de un precio excelente, en una zona donde residen los restaurantes más notables de la ciudad. La atención del personal de sala es muy buena y se puede apreciar perfectamente cuando te acercas un sábado o viernes por la tarde, como este personal apechuga con las mareas de gente que se acumulan en el local, atendiendo de la mejor manera posible a los comensales que se situan fuera de la barra.
Por cierto, este cocido lebaniego resultó ganador en la categoría de cocidos lebaniegos en VI Ruta de Los Pucheros.