Hemos Comido…en Irons Grill, en el que tengo cercano a casa.
La última vez que estuve en sus isntalaciones me tomé un sandwich de pierna de cerdo asada del que guardo un grato recuerdo. Llegó a mis oidos que tenían pastrami, una elaboracion tras la que llevo bastante tiempo, pues me llama la atención su origen y método de elaboración.
Aunque el nombre suene a italiano no tiene nada que ver con la realidad,
El pastrami es un producto elaborado con carne roja sometido a proceso de salmuera. El proceso es el siguiente: se desangra, se pone la carne en salmuera, se seca, se le añaden algunos condimentos tales como ajo, pimienta negra, mejorana y albahaca, se ahuma y se cuece al vapor.
El pastrami es un enorme desconocido. A la mayoría le suena haber visto un sándwich de este fiambre en alguna película o serie neoyorquina.
Las primeras referencias en inglés a este plato emplean la denominación pastrama. Se cree que los responsables de su introducción en Estados Unidos fueron los judíos que, a mitad del siglo XIX, llegaron desde Rumanía y Polonia. Estos empleaban carne de gallina para elaborarlo, pero al encontrar la carne vacuna más barata fueron adaptando la receta.
El pastrami puede comerse como un embutido, cortado a finas tiras y sin ningún acompañamiento. Sin embrago su formato más cocnocido es el sándwich y su receta más neoyorkina es la siguiente:
Poner una primera rebanada de pan bien cubierto de mostaza, le aplicamos después pepinillo en tiras y rodajas dobladas de pastrami hasta que quede bien cargado. Por último, un poco de rúcula por encima y cerramos el emparedado con otra rebanada de pan untada de mayonesa.
Enseguida se acordó de mí el cocinero, ya que le había sacado en una foto en una visita anterior. También estuve hablando con él mientras me preparaba la comida, ya que llegué muy pronto y todavía no andaban con prisas.
Comencé tomando una ensalada de tomate de Cantabria y mozzarella de búfala. Me gustó este queso y su acompañamiento con un tomate bastante maduro y fresco sin llegar a frío, muy agradable para unas fechas veraniegas como las que eran, me gustó también la idea de acompañarlo de trozos de aceituna.
Y pasamos al famoso sandwich que de entrada me tenía ganada la partida ya que una parte muy importante de él es la mostaza y es un ingrediente que me encanta como acompañante de carnes. El bocadillo estaba bueno y el tamaño resultaba generoso, pero se me hizo algo seco, no lo parece a la vista pero me dejó esa sensación, quizás por que me esperaba algo más jugoso, menos embutido.
Al ser mi primer pastrami no lo puedo comparar, estaba elaborado «de libro» con excepción del queso que incoporraba. Algo muy importante, el pan de tipo inglés no me suele agradar, siempre me parece un ladrillo.
Me ha dejado gran curiosidad, creo que debería ir a La Gran Manzana para poder comparar.
Y como siempre al final llega la nota, un precio de lo más razonable y como adelantaba en el título del artículo, el secreto está en diferenciarse y está claro que aquí no paran de incorporar novedades.