Abril 2006. Hidalgo es un lugar que se aleja de la tontería gastronómica que impera en la oferta actual dosnostiarra, un lugar donde se va a comer, no a que te "vendan motos" referentes a filosofías y chefs de alta alcurnia.
San Sebastián siempre ha destacado por una oferta gastronómica de primer orden, pero las dos últimas veces que me he acercado he caido en las fauces de lugares de renombre orientados en general al turista extranjero que no viene a comer, busca espectáculo y renombre. Para comer en Guipuzcoa hay que acercarse a esos lugares frecuentados por lugareños y alejados de los circuitos turísticos, y no por ello carentes de calidad, muy al contrario, son los que cardan la lana para que en muchas ocasiones otros crien la fama.
Aún encontrándose cerca del centro de San Sebastián, está apartado del circuito habitual, aunque situado en una zona famosa por la oferta gastronómica Gros. Nos acercamos a cenar con todo reservado y una mesa de 25 comensales, la mayoría de los participantes en el XV Concurso de Bacalo Giraldo.
Entre otras distinciones obstenta el premio Masgastronomía y a la mejos barra de pinchos 2012, donde podemos recordar el emblemático volcán de morcilla con yema, pasas y manzana; bacalao gratinado con jugo de pimientos; anchoas ahumadas; el original mojito de tomate y jamón; la espiral de begi-aundi relleno de ratatuille con crema de cebolleta y tinta; begui-aundi, relleno de pisto del cefalópodo con crema de cebolleta y tinta; el salmorejo con centollo y olivada; la piruleta de panceta, queso de cabra, piña, langostino; morros con tosta ali-oli gratinado; coca de txangurro y esparrago verde; Tierra, mar y aire; tarta de queso Idiazabal ahumado (2º premio campeonato de Guipúzcoa de pintxos 2012); entre otros.
Para un santanderino que un martes por la tarde el bar esté lleno hasta los topes es toda una sorpresa, gente en la barra tomando pinchos y algún que otro grupito ocupando las mesas de la entrada tomando raciones.
Otra razón de peso del lugar es la bien surtida bodega.
Comenzamos entrándole a una ensaladilla de muy buen ver y mejor sabor. Ensaladilla tradicional con pocos misterios, patata, guisantes, buen bonito, mayonesa, zanahoria y alguna piparra.
En el apartado vinos nos encontramos con dos vinos diferentes sobre la mesa, un Garun tinto de 2015, que hacía honor a su nombre. Un vino de la tierra de Cádiz, variedad Merlot 60%, Syrah 30%, Petit Verdot 10%, Cada variedad se cuida de una forma diferente, de color granate capa media alta. Se caracteriza por un tanino dulce a la vez que potente, con un postgusto muy persistente y nada de mi agrado, pero bueno, para gustos se han hecho los colores.
A continuación de la ensaladilla un auténtico placer gustativo: changurro de masera, a diferencia de Vizcaya donde llaman changurro a la carne de centollo. Para ser sinceros se me hizo poco, pero es que se me hubiera hecho poco fuera el tamaño que fuera, esta ración ciertamente que era generosa, de esto se puede comer a barreños, estaba exquisito, es algo que no te puedes perder si vistas este lugar, para mí el altar del changurro y nada de al horno, cocido, desmigado y poco más, con cierta similitud a la chatka, yo diría que mejor.
El otro vino que nos encontramos presidiendo la mesa fue un Rebels de Batea 2016. Es un vino joven, fresco, con fragantes aromas de pera y manzana, y notas de flores blancas. La tipicidad de la garnacha blanca se revela sobre todo en el paso por boca, definiendo un perfil muy cítrico, con mucho nervio. En definitiva, es un blanco equilibrado, agradable y seductor, este vino sí que me gustó y sorpendió gratamente, un gran acierto.
A continuación sacaron a colación uno de mis espumosos favoritos, un Raventós i Blanc de Nit, que desde aquí me acompañó durante toda la comida a la perfección.
Antes de comenzar, Adolfo Giraldo, Pepe Barrena y Juán Mari Humada nos hicieron una pequeña presentación del premio y cómo se iba a organizar, intentando que los participantes llegaran a un acuerdo dentro del orden de participación. También hubo una pequeña presentación del restaurante y del menú que íbamos a disfrutar.
Continuamos con unas setas con yema, una de las mejores salsas y acompañante de lujo de unas setas muy justas de fuego, perfectas a mi entender y rezumando sabor.
De las setas pasamos a algo que resultó un lujazo de producto bien tratado. Hay platos que da pena comer. He aquí un gran ejemplo cocochas de merluza. En mi humilde opinión el ahumado sobrara en algún grado, pero así todo resultó una maravilla, para dejar con la boca abierta.
Y aquí empezamos con dos exponentes de la gastronomía nacional y más en concreto de la casquería, como son unas manos que estaban para descubrirse delante de ellas.
Y una oreja por la que todavía me estoy relamiendo y de la que cada vez que me acuerdo me entra el sincio (palabra muy cántabra que viene a significar “deseo” o “tener muchas ganas de algo”).
Para terminar chuleta, carne roja acompañada de unos piminetos que quitaban el hipo. Carne, sal, fuego y pimientos, mejor final es imposible.
Parece ser que el Garun no tuvo muchos adeptos entre los comensales, por lo que nos sacaron El Senat del Montsant 2015 que en un principio parecía que iba por el mismo camino que el anterior tinto, pero en cuanto oxigenó la cosa cambió radicalmente.
Senat del Montsant es un vino tinto de la D.O. Montsant del proyecto 7 magnífics de Bodegas Torres, proyecto que recorre Cataluña buscando la autenticidad de sus denominaciones de origen. Con este vino, Bodegas Torres se estrena en la D.O. Montsant.
Senat del Montsant fue elaborado por el enólogo Albert llopart en la bodega Celler el Masroig. Se trata de un coupage de las variedades Mazuela (40%), Garnacha (40%) y Syrah (20%).
De postre tarta de queso Idiazabal, al igual que las cocochas el postre pecaba de sabor a ahumado, sin ese toque hubiera estado muchísismo mejor.
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