Hemos Comido…en Las Nieves, un local que se postula como la sorpresa gastronómica más sonada de la alta montaña cántabra.
Menú de Julien en Las Nieves. Antológico, cada vez que vengo me sorprendo, no con algo, si no con todo. Mentiría si no dejara bien claro que es un menú que voy a tardar mucho en olvidar, si es que alguna vez lo olvido.
La verdad es que me decidí a subir a raiz de que me pasara la carta por WatsApp, me llamó mucho la atención.
Como siempre comimos en la planta baja, pegados a la ventana, un sitio que me encanta, que me deja a mano la cocina y a Julien más cerca, se pasa alguna que otra vez.
Comimos con Cremant de Bourgogne Brut, Schaller Camile & Laurente, un vino espumoso de Borgoña. Amarillo pajizo a la vista, en boca manzanas maduras, cítricos y levadura dulce. Demasiado dulce para mi gusto.
Si te apasiona la gastronomía este es un lugar que no te puedes perder, no hay nada similar, por lo menos que yo conozca por los alrededores.
Ostras de buen calibre. Ostras calientes para mi acompañante y naturales para mi, una de ellas con frambuesa.
Paté de tudanca con trufa, papada y rebozuelo. Me recordaba a los antiguos patés de cerdo, algo que llevaba bastante tiempo sin probar y que siempre me ha gustado. Este resulta delicioso y el rebozuelo acompaña de maravilla.
Salteado de rebozuelos, trompetas y boletus. Los salteados de setas de Julien no te dejan indiferente, son sencillamente geniales.
Piparras salteadas. Siempre me parecen deliciosas, aunque las como siempre con algo de miedo pues si pican son mortales, pero estas estuvieron contenidas, no hubo picores. De todas maneras venían acompañadas de una pequeña tetera con un mejunje (de cuyos ingredientes no me acuerdo, solo de la leche) por si alguna picaba más de la cuenta, todo un detalle.
Piong Pioc, guiso de setas, morros y rabo de cerdo. Esto fue una verdadera pasada, untuoso, goloso, gelatinoso. DELICIOSO.
Rabo de vaca. Esto es de otra galaxia, un tomo de rabo untuoso con una reducción vinícola de días. Sabor potente a raudales, pero muy delicado, carne límpia con una textura super agradable. Como guarnición unas patatas fritas inmejorables. Mi acompañante tiene muy claro que nunca perderá la ocasión de tomarlo cada vez que venga y esté en la carta.
Copa Coronel. Un refrescante limpiaboca de lo más apetecible.
Tarta de pera. Siempre me pregunto porqué ya no veo peras de Cantabria, las peras menganas que tanto me gustaban, llevo muchos años sin verlas. La tarta me ha traido recuerdos y me ha gustado un montón.
Para terminar un chupito de este atípico licor de Cuenca.