Hemos comido…en Selores, que se ha convertido últimamente en nuestro fin de ruta Cofiño-Cabezón-Segis-Selores.
Selores nos da la bienvenida con un aperitivo, al hincarle el diente a la primera piparra se me vino el infierno a la boca, aquello picaba que jodía. Una vez pasado el trago inicial el resto de pimientos resultaron deliciosos.
Continuamos con jamón de tudanca. A diferencia de la última vez a este le habían tomado el punto, un sabor meloso con ciertos toques de mantequilla y perfecto de sal, delicioso y todavía mejor acompañado de unos pimientos asados de Isla y unos tomates confitados.
Aperitivo de croqueta apta para celiacos con setas. Una pasada, a nivel de una croqueta normal, un diez para esta elaboración, teniendo en cuanta la ausencia de gluten.
Continuamos con unos berberechos de tamaño enorme, nunca los había visto así de grandes, sobre una cama de acelga, los tomamos por separado. Los berberechos únicos y cocidos perfectos, la base de espinaca resultó un descubrimiento cierto ligero toque de lima y un apunte yodado.
Para terminar, una picaña de tudanca con el punto que siempre le da Antonio Vicente, carne de diez, fuego y un suave chimichurri, mejor imposible.
Llevo una buena temporada detrás de la costilla de tudanca, el problema es que nunca somos suficientes para una ración, ya que la recomiendan para cuatro y no ha coincidido. Además en esta ocasión me las pasaron en varias ocasiones por delante de la narices. Me pude quitar un poco el sincio con la entraña que acababa de comer, pero sigio empecinado en la costilla. No os preocupeis que ya buscaré compañía para atacarla.
Otra elaboración que también es muy grande para un comensal es el jarrete. Llevo un par de años tras de él y no hay manera. Quiero quitar el sincio por los dos de una sola vez. Más de uno ya me ha comentado de la exclencia de la costilla. El problema del jarrete es que no lo hay siempre. Así que si piensas en pasarte aprobar cualquiera de las dos elaboraciones lo mejor es llamar y encargalo.
De postre, helado de manzana y yogur con ráspanos.
El precio, la atención y la calidad son inigualables, un RCP como pocos.
