Hemos Comido…en 33, mi recurso favorito de camino hacia Cataluña, está claro que siempre y cuando coincida el horario, y esta vez así fue.
Octubre 2018. Otro de sus grandes alicientes es su facilidad de aparcamiento, ya que Tudela se halla bastante concurrida de tráfico y no es fácil aparcar, pero el restaurante tiene un parking de cuatro pisos justo enfrente. Siempre me ocurre lo mismo, llego tarde y el comedor está casi completo a excepción de una mesa que es para mí.
Pero los alicientes no son ni mucho menos el aparcamiento, está claro que son su cocina enfocada a las verduras de la huerta navarra, su amplia bodega de referencias cercanas, y no tan cercanas, y por supuesto su servicio. El restaurante oferta un menú degustación de verduras y carta, en esta ocasión me decanté por la carta pues el menú degustación se extiende y se tarda un montón en acabarlo.
Comencé con unas pochas con bacalao. La pocha se considera verdura, pues se encuentra en un punto en el que todavia no es legumbre. Aparecían en carta con boletus u foie, pero se habían acabado y me ofrecieron esta otra opción, que me pareció igual o más interesante, tenía claro que ninguna de las dos me iba a decepcionar. Así fue, una pochas enteras que se deshacen en la boca, sabrosas y con buen saborcillo a pescados aportado por el bacalao. Tengo claro que pidas lo que pidas en 33 todo va a estar muy bien .
De segundo tomé manos trufadas. Un concepto completamente distinto al que estoy habituado en este tipo de elaboraciones, más de salsas, pero no por ello dejaban de tener encanto. La pata planchada toma una textura crujiente y su gelatinosidad aporta contraste. Suaves de sabor y una salsa contundente a parte. Como decía antes, es difícil fallar en este sitio, siempre tienen «artillería» de sobra con lo que sirven.
33 nunca falla, el acierto está asegurado.