Hemos Comido…en A banda en Peña Herbosa, un lugar donde la carta es casi al completo apta para celiacos.
Junio 2017. Los restaurantes habitualmente centran su cocina en ciertos estereotipos hacia donde enfocan su negocio y A banda centra su oferta en arroces, comida apta para celiacos, todo englobado en unas recetas clásicas, las recetas de la abuela.
Este tipo de cocina, a diferencia de otras, es la que nos hacían en casa hasta hace bien poco y resulta bastante más sana que otras más industriales o de quinta gama y ni que decir tiene que no tiene comparación con la tan traída y llevada Fast Food, esta es un exponente de la cocina mediterránea, que tanta fama ha dado a nuestro país.
Comenzamos con unos maganos con ali oli, con una elaboración diferente, los cuerpos a la plancha y las rabas fritas, muy buenos y una sorpresa el formato, el acompañamiento del ali oli para mí siempre resulta una fiesta, una salsa que me encanta.
Por cierto éramos tres comensales, dos tomamos los maganos y un tercero tomo unas gambas al horno con patatas, una elaboración muy casera y que gustó al comensal. La ración anterior y esta, así como toda la comida fueron aptas para celiacos, pues dos de los comensales lo eran.
Continuamos con unos langostinos a la plancha. Muy de las Navidades de hace como treinta años en casa de mis padres, donde me ponían en la cocina con un par de sartenes a hacer cajas de langostinos para el menú de Nochevieja, para que después me tuviera que duchar con cantidades ingentes de champú y gel, pues la peste no se iba así como así y había que salir de cotillón, un buen recuerdo con toda la familia detrás llevando conversaciones de horas delante de los fogones. Me supieron a Navidad.
Tomé bacalao al horno. Una elaboración de bacalao de bacalada, el más clásico de ellos, hoy en día es difícil encontrar un restaurante que utilice este tipo de bacalao, más que nada por el tiempo que lleva el desalado y porque hay que hacer previsiones de consumo. La elaboración me gustó, sigue recordando a esos guisos de pescado al horno donde se confitan las patatas entre aceite y jugos del pescado, pimientos, cebolla, etc, y que tienen un inherente encanto. Me gustó.
Los otros dos comensales tomaron rape a la plancha con sofrito de ajos y patatas panadera, les gustó según me contaron.
Todo ello forma parte de un menú fin de semana que tiene un precio de 18,50€. Este viene a ser uno de mis recursos dominicales lo días que nos apetece una elaboración casera, pero fuera. La atención resulta también de primera, eficiente y pendiente del comensal.