Hemos Comido…en El Serbal, de celebración ya van unas cuantas, el lugar merece la pena para este tipo de ocasiones, por ubicación, servicio y elaboraciones.
En esta ocasión optamos por un menú degustación para tres comensales, como siempre nos recibieron con una copa de cava.
El único no celiaco soy yo, disfruté de los diferentes panes del lugar, pan que siempre merece la pena y que habitualmente acompaño con la desgustación de aceites del restaurante.
Crujiente de espárragos, emulsión de coliflor y alcaparras. Brioche, steak tartar de vaca tudanca y emulsión de setas. Tosta de maíz, anchoa y galleta de queso.
Raventós i Blanc Texturas de Piedra, un asiduo a nuestras celebraciones.
Alistado, sopa de maíz y tomate cherry.
Bonito, salsa de pimiento asado y crujiente de patata violeta.
Nuestra versión de cocido lebaniego (si el menú es con maridaje el elegido es un vino de Liébana, Querida Señora María, uno que desde el principio ha sido de mis favoritos de la zona, un vino de mi amiga Isabel).
Como los dos comensales celiacos no podían tomar el cocido les cambiaron a la elaboración de gambón en chili crab con emulsión de cilantro, que podeis ver en la fotografía de abajo. Poco os puedo decir ya que no lo probé, pero creo que su pinta habla por sí misma.
Lubina, crema de pimienta verde y emulsión de perejil. La lubina es un pescado que no nos entusiasma en casa, pero en esta ocasión sí que merecía la pena.
Presa ibérica lacada al carbón, zanahoria y Kimchi. Lo tomamos dos de los comensales, ya que uno de el los tampoco puede tomar cefalópodos y la tinta ya se sabe de donde proviene.
El otro comensal se deleitó con esta elaboracion de cochinillo, le encantó.
Para finalizar Rafa nos acompañó el postre con una rareza de champagne que consiguió ponernos lo dientes largos, si llega a ser al principio tengo que claro que continuamos con este vino.
Esfera de tequila y limón.
Helado de quesos, frutos secos y pasas golden.
Chef José Ramón Bustamante.
Petit fours para acompañar al café.