Cuando uno se despierta con la promesa de una jornada gastronómica como la V Fiesta del Tomate de Cantabria, hay decisiones que se toman sin titubeos. En mi caso, el desayuno tenía nombre propio: El Puchi. Un bar modesto en apariencia, pero con una propuesta culinaria que lo convierte en parada obligatoria para los amantes de la tortilla española.
Lo que ocurre en El Puchi cada mañana roza lo prodigioso. Allí se elaboran unas 35 variedades distintas de tortilla, desde las más clásicas hasta combinaciones que desafían la tradición con creatividad y sabor. Se sirven unas 70 tortillas al día en el local, y muchas más salen envueltas rumbo a hogares que ya conocen el secreto. El volumen de producción es tan alto que uno se pregunta si en la cocina hay manos humanas.
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Mi elección habitual y la que volvió a conquistarme ese día es la tortilla de callos. Una mezcla que podría parecer excesiva, pero que en manos de El Puchi se convierte en una sinfonía de texturas y sabores. El guiso profundo y especiado de los callos se funde con la suavidad del huevo, creando una experiencia que no solo sacia, sino que emociona. No exagero cuando digo que esta tortilla me tiene sorbido el seso .
Más allá del plato, hay algo en El Puchi que te hace sentir bien. Es ese tipo de lugar donde la sonrisa del camarero, el murmullo de los clientes habituales y el aroma de las tortillas recién hechas te reconcilian con el mundo. Salí de allí con el estómago satisfecho y el ánimo elevado, listo para sumergirme en los sabores de la fiesta del tomate.
Porque en gastronomía, como en la vida, hay momentos que no se olvidan. Y desayunar en El Puchi antes de una jornada festiva es uno de ellos.
Por El Mule
Histórico de visitas a Bar Puchi
- 📍 Ubicado en: C. Valle los Tojos, 1, 39300 Torrelavega, Cantabria
- 📞 Teléfono: +34 942 89 36 09