Hemos Comido en El Nuevo Molino, nuestra tradicional cena veraniega y con esta van venticinco, un lugar que siempre merece la pena visitar.
Agosto 2013. Fieles a nuestro encuentro anual una noche de agosto nos acercamos al Molino en Puente Arce. Si hay algo que me gustaría hacer, sería un homenaje a Víctor Merino, un personaje que puso el nombre de Cantabria sobre la mesa, formó a cantidad de cocineros hoy en día figuras de la gastronomía nacional y del que parece haberse olvidado todo el mundo.
Esta es una de mis asignaturas pendientes, si logro sacar adelante el Proyecto Cantabricus Blogger para el próximo año una de las ponencias versará en torno a este excepcional personaje, quien comenzó y le dio la fama tan bien merecida a este lugar conocido como El Molino.
Lo que en el siglo XVIII fue un molino de agua alimentado por el río Pas, en 1970 comenzó a funcionar como El Molino, negocio familiar (familia Merino) que durante 30 años se mantuvo entre los restaurantes más prestigiosos de nuestro país. Tras un tiempo cerrado, en febrero de 2004 fue reabierto bajo esta una nueva dirección.
El Nuevo Molino, goza de un hermoso jardín, en él se emplaza una capilla convertida en espacio Hennessy único en España ya que es el primer Salón Hennessy que se abre en nuestro país, y en donde el cliente encontrará una variada carta de licores, así como una cava de puros habanos, también podemos encontrar un antiguo hórreo asturiano (salón privado que en ocasiones da lugar a catas y cursos).
Como todo comienzo de velada en este restaurante nos sirven su tradicional copa de cava como bienvenida, puedes elegir entre un cava rosado o blanco, es esta ocasión fue un Sumaroca, del que tomamos dos copas por comensal y nos acompañó durante la velada. Por cierto, un acompañante perfecto a una temperatura perfecta.
La Boella variedad Arbequina, de muy baja acidez, perfil equilibrado, frutado de oliva maduro identificable en nariz y boca, con gran diversidad de aromas vegetales secundarios. La sensación en boca es almendrada, destaca su dulzor con una astringencia final. Resulta un aceite muy equilibrado y armónico con un toque de dulzor característico de la variedad.
La Boella variedad Koroneiki, frutado de oliva verde medio alto, también una gran diversidad de aromas vegetales secundarios, sobre todo manzana verde, plátano, la sensación en boca es a almendra verde, destaca su amargor y picante con una cierta astringencia, con un marcado toque de amargor y picante que predominan sobre el dulce y el astringente.
La Boella variedad Arbosana, con gran diversidad de aromas vegetales secundarios, sobre todo verde hierba. Presenta matices a otras frutas como plátano, nueces verdes, almendra verde, alcachofa y menta, la sensación en boca es fresca, en amargor, picante y dulce con una atenuada astringencia final que identifica este aceite con la aceituna verde fresca y brillante.
La Boella ALDA Selección, Arbosana y Koroneiki, un aceite de coupage único, con aromas que recuerdan a cosecha temprana por el verdor y ligeros toques de tomate verde ligeramente amargo y picante.
La Boella Premium, frutado de oliva verde medio alto, identificable en nariz y boca, con gran diversidad de aromas vegetales secundarios, hierba verde, tomate verde, almendra verde, alcachofa, la sensación en boca es a almendra verde, destaca su amargor y picante.
Comenzamos con los primeros del menú, dos medias raciones de tartar de atún a la mostaza con sandía. Las raciones emplatadas por separado. Un excelente atún, con muy poca o casi ninguna injerencia, el atún prácticamente en bruto sin marear y un toque de mostaza a parte. Por cierto, la elección del tipo de mostaza no podía ser mejor, una mostaza verde a las finas hierbas exquisita. Pero la realidad es que el tartar como mejor estaba era sin nada, el mejor de este año sin lugar a dudas. La sandía que le acompañaba muy buena, pero era algo que me sobraba. En otro orden de cosas, el corte del atún también justo de tamaño y muy homogéneo. Deliciosa la ración y recomendable.
En El Nuevo Molino, no hay carta de pescados, o como mucho puedes encontrarte una referencia al pescado del día. La razón es muy simple, todos los días se acude al mercado buscando la mejor pieza posible. En esta ocasión le tocó al atún, por lo que si buscas un excelente pescado este es el lugar idóneo, vas a encontrar el mejor pescado del día.
Otra media ración de otro plato antiguo conocido, ensalada de bacalao, setas y pimientos con su pil pil. Un plato excepcional, un pil pil sabroso acompañaba al conjunto, un bacalao de gran calidad distribuido en gajos, con una textura tersa y un punto justo cubierto con una rodaja de patata que a modo de tapa que recoge el sabor tanto del pil pil, como del bacalao y el de unos excepcionales pimientos cargados de sabor, delicioso. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta del porque es uno de los clásicos de la carta.
De segundos mi acompañante tomó alas de pollo de corral y polvo de maíz. Algo que puede sonar a restaurante fast food, pero nada más lejos de la comparación. Según mi acompañante unas alas de pollo limpias de huesos, crujientes en su exterior y jugosas, un plato muy exótico, con un sabor muy diferente a lo habitual, le encantó. Una buena manera de sacarle partido a una parte que muchos consideran «menor» que en este caso y por referencias del otro comensal resulto «superior».
Yo tomé de segundo lomo de atún. Dos buenos tacos de lomo vuelta y vuelta a la plancha, rojo en el interior, unos granos de sal en la parte superior, algo que me agrada muchísimo al paladar y un jugo similar al que suele acompañar a las carne. Producto, producto y producto, muy recomendable, y uno de los pescados del día.
Solo yo tomé postre y consistió en el clásico helado de queso sobre culis de frambuesa y crujiente de almendra. Como en otras ocasiones muy bueno, quizás no tan excepcional por lo conocido, pero así todo muy bueno.
Tras los cafés, unos petit fours muy creativos. Sigo pensado y cada día estoy más convencido de que El Nuevo Molino es apuesta sólida y segura para comer y beber bien, una excelente relación calidad precio.
La oferta de vinos es muy completa por calidad, más que por cantidad. Existe la opción de ir a la bodega y ver las botellas in situ con sus precios expuestos, con una excelente relación Calidad-Precio, muy a tener en cuenta las referencias internacionales.