Hemos Comido…en El Muelle, en el Pesquero, uno de los pocos recursos verdaderamente gastronómicos de calidad de la zona.
Agosto 2017. Una zona donde se empiezan a ver cambios en la oferta gastronómica. Valentín y Hugo no descanasan nunca a la hora de mejorar calidad y servicio, desde mi última visita ha habido un cambio en el comedor haciendolo más amplio y accesible, un cambio que se ve nada más entrar en el local.
En esta ocasión venía acompañado de un amigo que quería conocer el Pesquero, así que estuvimos bastante rato hablando con Valentín y viendo lo que desfilaba por la cocina, como esta parrillado de pescados, que está diciendo cómeme.
Un oyocántaro del país, de lo más sugerente.
O estos erizos de gran tamaño, recién servidos y prestos a su consumo.
Aquí ya me conocen y no me hace falta pedir, el otro comensal decicidió seguirme, además todo lo que pasaba delante nuestro le parecía bien para comer, pero le teníamos reservado una sorpresa.
Una marmita de langostinos. Una elaboración que suelo hacer en mi casa y que me encanta. La patata toma mejor que nadie los sabores que la rodean y si haces un buen fumet de marisco para hacer la marmita el resultado es espectacular, y El Muelle nunca falla, la marmita estaba de lujo.
Buen sabor a marisco, una buena carga de langostinos añadidos al final de la cocción y un ligero reposo, mejor imposible.
De segundo bocartes a la plancha. Bocarte de buen tamaño, una docena planchados por una única cara, la abierta, crujientes en el exterior y jugosos en boca. Para mi el verdadero sabor a mar es el del bocarte y el pez más representativo de nuestras costas.
La comida resultó todo un éxito, una comida diferente fuera de las ofertas clásicas del entorno, de lo más satisfactoria.
Buena atención, calidad de producto y de precio, un buen RCP que suele ser lo habitual pues en esta ocasión invitó el madrileño y no sabría deciros.
Por El Mule