Hemos Comido…en El Mijedo en Noja, siempre que vengo a comer a este lugar es por alguna reunión o jornada, en esta ocasión fue por la presentacion del último libro de Xabier Gutiérrez, El bouquet del miedo.
Mayo 2016. Comenzamos tomando unos blancos en la barra con unas tapas, en este caso de albóndigas. La albondiga, salsa y un trozo de pan.
Mijedo es un chiringuito de playa que ha ido evolucionando en torno a la construcción inicial. Hoy en día goza de todo tipo de comodidades, con un vivero bien grande y aprovisionado. Realmente tengo pendiente el acercarme aquí a analizar la carta pues vi pasar ante mí una serie de platos que me dejaron con la boca abierta, en concreto arroces y mariscos con una pinta estupenda.
En esta ocasión tomamos un menú centrado en La Cocina de la Jibia y Familia. La jibia en la zona de Noja es el cachón que conocemos en Santander o la sepia que conocen en el Mediterraneo, el mismo molusco con distinto nombre. Su época de pesca es finales de invierno y primavera, cuando se acerca a deshovar a la costa.
La Cocina de la Jibia y Familia es el libro que se presentó en estas jornadas. Un libro-recetario donde la jibia está acompañada por parte de la gran familia de los cefalópodos. La jibia o cachón es un animal marino con bastantes curiosidades destacables. Su nombre es «Sepia oficinalis», este adjetivo «oficinalis» significa que servía como dedicamento preparado segun la antigua farmacopea. Hay autores como Néstor Luján que se refieren a la importacia del hueso que incorpora el animal en su cuerpo, la barca, que triturada se utilizaba como polvos secantes para contener pequeñas hemorragias, quizás de ahí su adjetivo.
Comenzamos el desfile de recetas en el restaurante con unas croquetas de sepia. Croqueta contundente, de potente sabor, buena y crujiente fritura y masa. Bastante buenas, pero para comer un máximo de dos.
Seguimos con el clásico guiso de jibia con patatas. Algo muy típico de la bahía de Santander y en general de las zonas de costa donde se pesca este calamar. Guiso estupendo, uno de mis favoritos de cuchara marinera. Últimamente se prepara en olla ferroviaria, sobre todo en el territorio cachonero de Maliaño. Un guiso popular y de facil elaboración.
La siguiente elaboración, unos canelones rellenos de jibias. Muy suaves, con una bechamel bastante clara, superiores.
De postre tocinito de cielo, con aspecto de flan, muy bueno.
Nada más terminar salimos en estampida del comedor pues había una mesa de al menos veinte comensales que, creo, se habían confundido de lugar y en vez de ir al puesto de la plaza a vender pescado a voces se habían venido a comer a El Mijedo, o quizás eran miembros de una asociación de voceros.
Y terminamos en el Bitácora tomando un gin tonic sin nada, hielo, ginebra y tonica, aspecto total de agua, a ver si colaba.
Xavier, Silvia e Igor tomando la arrancada.