Hemos Comido…en este templo de la gastronomía cántabra, El Cenador de Amós hacía mucho que no nos acercábamos a sus instalaciones, pero ya se sabe hay que desplazarse en coche y eso complica las cosas.
Abril 2011. Cena en El Cenador de Amós, imprescindible reservar, nosotros lo hicimos. A la llegada pudimos comprobar que estaba todo lleno, y eso que habíamos parado solamente a tomar un vino en La Tienda de Pedro García en Solares.
Nada más llegar nos entregan al carta y en breve hace acto de presencia el jefe de sala que nos explica lo que hay fuera de carta, ya habíamos decidido y gracias a su consejo cambiamos uno de los primeros, luego resulto un acierto. Acto seguido nos entregan la carta de vinos, muy extensa y con la presencia de las bodegas más destacadas a nivel nacional así como una gran oferta de bodegas internacionales. Al final como había que coger el coche una cervecita y a correr, mi acompañante se tomó una copa de Albariño.
En breve comenzó el desfile de aperitivos bienvenida, comenzando con un ajoblanco con caviar de aceituna, un comienzo perfecto, el sabor a almendra y ajo del ajoblanco acompañado de un fuerte aceite, y el caviar de olivas algo sorprendente por su textura y sabor, muy apetecible y rico al aperitivo.
A continuación unas patatas a modo As de picas al más puro estilo «Apocalypse Now» una nota un tanto extravagante a la par que graciosa. Un crujiente de espuma de patata con guacamole, pequeño bocadito pero de intenso sabor y textura especial muy rico, acompañado de una gelatina, a mi esta en concreto no me supo a nada. Acompañando a los anteriores un pan de pipas buenísimo.
Y seguimos, vasito de remolacha con un toque de yogurt, muy suave, muy rico, a la vez nos sirvieron una picota de tierra con sopa fría de remolacha, algo inusual y que me sorprendió mucho, también me gusto al paladar, algo distinto de lo habitual, y con esto terminamos con los aperitivos de bienvenida.
Comenzamos con los platos, de primero tomamos por consejo del jefe de sala croqueta de carabineros con ensalada, un muy buen carabinero, con un punto justo, sobre una vinagreta de críticos riquísima sin quitar protagonismo al sabor del carabinero, acompañado de diferentes verduras en la ensalada, recula, escarola, lechuga, eneldo. Todo muy conjuntado imperando el sabor del carabinero, un entrante diez, tanto en ejecución como en sabor y presentación.
Y otro de los entrantes fue la ostra frita con caviar y espuma de borraja al champagne, la espuma que acompañaba a la ostra tenía un sabor espectacular, imperando el del champagne, me encantó el conjunto, a mi acompañante que no le gustan las ostras decidió probar suerte de esta manera, pero no la gusto, todo lo que había alrededor de la ostra sí, pero la ostra en si no, decididamente no es que no la guste solo la textura de las otras, es que no le gusta tampoco el sabor de estas. El plato a mí me volvió loco en todos los aspectos, otra obra maestra de Jesús Sánchez.
Antes de que se me olvide nos sirvieron nada más empezar tres tipos diferentes de pan a cual más curiosos, a mí en concreto me llamo la atención un pan con forma de magdalena y con pasas de muy buen sabor y de una presencia distinta. Los otros panes también muy buenos.
Y comenzamos con los platos principales yo tomé lomo de vaca pinta, se me consultó el punto y el cocinero dio con el perféctamente, acompañado de una pasta a las setas, increíble de sabor, tanto la carne como el acompañamiento otro acierto.
Mi acompañante tomo ravioli de marisco, según ella lo mejor de la velada.
Solo tomé postre yo un tiramisú, una interpretación de este postre propia de Jesús, muy bueno, altamente recomendable.
Con el café nos sirvieron unos petit four de lo más apetecible y sabrosos. En resumen, el lugar es increíble, las instalaciones perfectas en todos los aspectos, el servicio inmejorable. El precio dentro de lo esperado.