El Machi Ida y Vuelta es un restaurante que ofrece una experiencia culinaria global en un solo lugar.
Con una mezcla de 10 cocinas diferentes de 10 países, este restaurante ofrece una variedad de platos auténticos que reflejan la diversidad de su personal, compuesto por más de 25 nacionalidades.
Además de la tradicional taberna marinera El Machi Santanderino, hay 9 restaurantes adicionales donde puedes disfrutar de una variedad de cocinas. Aquí están algunos de ellos:
El indio de Kerala: Auténticas recetas indias, cortesía de Johnson, un miembro del equipo que compartió las recetas de su país natal.
El vietnamita dulzón: Rinde homenaje a los 2 millones de refugiados de la guerra que se dispersaron por el mundo en los años 80 y 90.
El mexicano panamericano: La contribución de los miembros del equipo de América Central y del Sur.
El libanés viajero: Destaca por la calidez de sus compañeros árabes, ofreciendo una comida deliciosa acompañada de sus sonrisas.
El tailandés picante: Se inspira en la experiencia de Carlos Zamora, quien sirvió a Sirikit, la reina de Tailandia, durante una semana.
El sushi&poke surfero: Su objetivo es ofrecer sushi con pescado sostenible del Cantábrico.
La parisina, burgers finas: Hamburguesas de ternera ecológica de pasto de alta montaña.
West Africa house: La fuerza y energía de los compañeros africanos del equipo.
El italiano verdadero: Rinde homenaje a todas las personas que el equipo conoció en su viaje por Italia.
Cuatro comensales y todas las raciones fueron compartidas para tener una visión general de la oferta del restaurante, ya que la carta es enorme. Decidimos que una parte de la comida fuera la tradicional de siempre de El Machi.
✅ Aguachile de Jalisco de bonito del Cantábrico. Picantón, aguacate y encurtidos veraniegos, clásico del Pacifico, nos gustó a todos y es la primera vez que tomo un aguachile de bonito.
✅ Goi coum. Rollito de gamba de Huelva, salsa nuoc cham. Me sorprendió gratamente la salsa, el complemento perfecto, fresquísima.
✅ Cha gio. Rollito crujiente y samosa (saquito de patata con espinacas, curry y queso fundido), acompañados de salsa barbacoa y yogur.
✅ Meen Peera. Salsa de curry con base cocotera y pescado (en esta ocasión era bonito). El curry era suave y le iba la bonito que ni pintado, una delicia. La última vez que tomé pescado en un hindú prometí no volver a pedirlo, pero hoy muy al contrario me ha seducido al completo, supongo que una parte por el tipo de pescado y otra por el cocinero.
✅ Noodle spicy. Noodles de arroz con una salsa cremosa de coco con mejillones, calamar, lima kaffir y citronela.
✅ Para continuar con la tradición del lugar, bonito a la plancha encebollado. Tres cortes perfectos de tamaño y de punto, el pescado más fresco imposible.
✅ Brocheta moo satay, de cerdo de montaña, macerada con salsa de cacahuete. Es lo que menos me ha llamado la atención, no soy muy amigo de las brochetas y del cacahuete en el plato tampoco.
✅ Vindaldo pork chili. Una pasta, más que salsa, con un toque picante un tanto potente, pero deja lugar al sabor del resto de ingredientes, me ha gustado este final.
En fin, un restaurante con varios restaurantes integrados, donde elegir bien la cocina de siempre representada por las raciones del lugar o una cocina basada en las elaboraciones de diferentes países, con una base de pescados y carnes locales.
Puedes acompañarlo de cincuenta vinos diferentes de origen nacional.