Bonito del Norte en temporada: nueva visita a La Vinoteca con protagonismo absoluto del pescado azul

Con la llegada del verano, las cartas de muchos restaurantes se llenan de productos de temporada. Uno de los más esperados es el bonito del norte, un túnido que, cuando está en su mejor momento, brilla en cualquier elaboración. En esta nueva visita a La Vinoteca, restaurante bien conocido en la escena gastronómica local, coincidimos precisamente con ese punto álgido de su temporada.

Koldo La Vinoteca

Fuimos cuatro comensales y desde el primer minuto nos sentimos bien recibidos: Koldo, quien suele estar pendiente de cada detalle, apareció con una mágnum de Gramona bajo el brazo, perfecta para arrancar la comida con chispa y frescura.

aperitivo La Vinoteca

La experiencia comenzó con un aperitivo de cortesía compuesto por salmorejo y una pequeña tapa de ensaladilla, dos clásicos bien ejecutados para despertar el apetito. Entre los entrantes, no quise perderme las imprescindibles gambas a la sal, uno de los fijos que rara vez decepcionan. En su punto exacto de cocción, jugosas y sabrosas, fueron una excelente apertura.

sashimi de bonito con mayonesa de wasabi y huevas de trucha

gambas a la sal

La vinoteca

Le siguió un sashimi de bonito con mayonesa de wasabi y huevas de trucha, sin duda el plato más sorprendente del inicio. La combinación de la textura del pescado crudo, el toque picante y aromático del wasabi y la salinidad de las huevas creaba un equilibrio elegante y sabroso. Una elaboración moderna que respeta el producto.

bonito en escabeche

boquerones con tomate fresa y naranja

Después llegó el bonito en escabeche, clásico que nunca pasa de moda. Aquí, el pescado mantenía una textura jugosa, sin que la acidez dominara, como a veces ocurre. Las verduras del escabeche —zanahoria, cebolla y algo de tomate— acompañaban sin restar protagonismo.

Para cerrar los entrantes, otro básico de la casa: boquerones con tomate fresa y naranja, un plato refrescante y con matices cítricos, ideal para los días calurosos.

cachón en su tinta con arroz

Callos

La Vinoteca

BNacalao confitado

Rape a la brasa

Rape alangostado

En cuanto a los platos principales, hubo diversidad. Uno de los comensales optó por el cachón en su tinta con arroz, un guiso tradicional que se mantiene vigente por su sabor profundo y su textura melosa. Otro pidió el bacalao confitado con sus callos, una propuesta que combina mar y montaña con acierto. El tercero se decantó por el rape, aunque hubo una pequeña confusión en cocina: pidió el rape alangostado y llegó a la mesa el rape a la plancha. La casa solucionó el error con elegancia, sirviendo un medallón del alangostado para compensar.

Esta visita a La Vinoteca fue, una vez más, una muestra de cómo un restaurante puede aprovechar al máximo los productos de temporada, ofreciendo propuestas variadas que combinan tradición y toques contemporáneos. El bonito fue el gran protagonista, y lo cierto es que brilló con luz propia en todas sus versiones.

Por El Mule

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