Hemos Comido…en El Muelle, en el Pesquero, cuando se acerca la época del centollo siempre procuramos en casa apuntarnos a degustar alguno.
Y en esta ocasión Valentín tenía un par de ellos de buen tamaño, como podeis observar en la fotografía.
Nos amenizó la comida Elyssia rosé, un cava que nos gusta bastante y que ya conocemos.
Al final el centollo no estaba como parecía, estaba vacío, pero vacío vacío, tenía algo de carne, muy poca, en las patas.
También tomamos unas rabas de las que llevan huevo y que tanto le gustan a mi hija.
Después de la decepción inicial nos sacaron un ejemplar más pequeño, pero llenó de verdad, como se corresponde con la época.
Terminamos con un arroz del señorito. Un buen arroz y una ración como para comer el doble de los que éramos, así que hubo trasiego de tuper hacia casa.
Valentín suele tener una tarta de hojaldre muy buena y fresca, ya que el clima de Santander no es muy amigo de los hojaldres, la humedad se los carga en minutos y aquí suelen estar crujientes y frescos.
No nos cobraron el centollo y todo fueron disculpas en torno al marisco, lo cual dice mucho en cuanto a el buen hacer de la casa.