Fonso comenzó su andadura en solitario en el Baruco en Anero. Al cabo de un tiempo asentó sus reales en Bonobo en Suesa, y allí sigue dándonos a todos de comer con alegría, calidad y siempre a su gusto, siempre le ha de gustar lo que sale de su cocina.
Con estas premisas tiene el éxito asegurado, en esta última visita pude comprobarlo de primera mano. Tomando un menú con una primera parte tradicional, un cocido montañés de lo más clásico sin añadidos raros ni formulas importadas, muy bueno, con ese toque meloso que caracteriza al puchero.
Para terminar con unas carrilleras al curri donde non presenta un guiso con una base muy nuestra y un añadido fusión un curri que está claro su origen, hindú y picante como si estuviéramos en Delhi, de todos modos un guiso de lo mas autentico, sabroso y sobre todo picante pero con gracia.
De postre unas trufas, imposible resistirse
Cocina cantabra con un toque internacional, siempre acompañada de una sonrisa.