La behetría era un derecho otorgado a muy pocos pueblos en tiempos mediavales, consistente en la libre elección de señor.
Bodegas Behetría de Cieza es una pequeña bodega fundada y dirigida por Manuel Torio, que junto a su familia su equipo, están consiguiendo hacer realidad lo que solo era un lejano sueño. Forman parte de los pioneros del nuevo viñedo cántabro, que emprendieron esta aventura en 2004. Estan convirtiendo en realidad nuestro sueño enológico. Apostar por Cantabria para elaborar vinos de alta calidad parecía una aventura casi imposible, pero después de muchas horas de trabajo y comienzan a recoger los frutos.
Cuentan con una amplia bodega con capacidad para elaborar 25.000 litros, es una edificación moderna, terminada en el año 2013, con un diseño actual que pretende integrarse en su entorno, de carácter tradicional en el pueblo de Villayuso de
Cieza. Bodegas Behetría de Cieza cuenta con 7 tanques de acero inoxidable, con regulación de temperatura por camisas de agua, que favorecen el control de las fermentaciones.
La prensa hidráulica con capacidad para 5.000 kilos de uva, que permite unas suaves y constantes prensadas, que aseguran una protección adicional contra las oxidaciones prematuras de los mostos, respetando así el carácter frutal de la uva Albariño.
Bodegas Behetría de Cieza se sitúa en la cuenca del río Besaya, prácticamente en el centro geográfico de Cantabria, se encuentra el municipio de Cieza. Su número de habitantes ronda los 680, distribuidos en sus tres núcleos de población: Collado, Villasuso y Villayuso de Cieza, siendo este último la capital municipal. Las tres localidades mantienen interesantes vestigios de arquitectura civil, destacando sobre todo el tipismo de sus barriadas populares, algunas con arreglos recientes.
El auténtico atractivo de este apacible enclave, situado en la parte oriental de la Reserva Nacional del Saja, es el tesoro natural que alberga, pues se trata de un reducto de naturaleza un tanto escondido y perfectamente conservado.
El viñedo de Behetría de Cieza está situado, junto a la cuenca del Rio Besaya y en la linde de la Reserva Natural del Saja.
El viñedo, situado en torno a los 200 metros de altitud sobre el nivel del mar, está formado en su mayoría por suelos arenosos y limosos con algún canto rodado, seguramente provenientes de siglos de sedimentación del río. Estos suelos cálidos y de buen drenaje aportan finura y elegancia a los vinos.
Los viñedos están situados en ladera, por considerarlos como los ideales para el cultivo de la vid, pues presentan situaciones de baja fertilidad favorecedora de la calidad, siendo además muy poco heladizos al no acumularse en ellos el aire frío. En estas situaciones, la orientación del viñedo es de gran importancia para lograr buenas maduraciones, especialmente en zonas límites del cultivo de la vid, donde una orientación hacia mediodía favorece la insolación y por el contrario, hacia el norte, se tiene una posición más sombría.
La presencia cercana de los bosques por el sur y el mar Cantábrico por el norte, son portadores de una mayor humedad ambiente que amortigua los rigores del clima veraniego. Además, la situación del viñedo en ladera favorece la evacuación de agua, fundamental en el clima atlántico de la zona con altas precipitaciones.
La uva plantada en la totalidad del viñedo es albariño, cuyas primeras cepas se plantaron en el año 2004 y que actualmente ocupan una extensión de 4 hectáreas. Plantadas en espaldera y en un marco de producción bajo para aumentar la calidad de las uvas.
La familia Torío inició esta actividad hace nueve años plantando un viñedo experimental de 350 cepas. Como el resultado fue estupendo se aniomaron animó a seguir ampliando y tiempo después pasaron a desarrollar un planteamiento mas industrial de carácter plenamente profesional.
El paso fundamental ha sido construír la nueva bodega que, por sus características técnicas, establece un antes y un después en el proyecto.
Manuel Torío nos explica también el significado de la palabra majuelo, escasamente conocida. Dice: Mis padres eran de Zamora y, en Castilla, a los pequeños viñedos se les llamaba majuelos. Ya que nuestras hectáreas están parceladas dentro
de la misma finca, como homenaje y recuerdo hacia ellos, decidimos llamar a la empresa bodega y majuelos.
El vino se presenta en una botella color topacio oscuro y vestido con una etiqueta colorida y medieval.
El vino de Behetría de Cieza a la vista tiene color amarillo pálido, limpio y brillante. Buena y densa lágrima que se desliza con lentitud por la copa. Sus aromas dominantes en primer plano con los frutales, con claros recuerdos de melocotón, pera o manzana. Por detrás de estos aparecen en segundo plano perfumes florales como de jazmín, o suaves anisados, terminando en recuerdos minerales como de tiza.
En la boca entra con nervio, una acidez fresca se percibe envuelta en un tacto sedoso, que nos transmite una sensación de cuerpo firme y bien armado. El vino de Behetría está bien anclado a su terruño montañés, fresco y potente, frutal y elegante.