Si hay algo que apetece en verano son bebidas fresquitas que nos hidraten y quiten la sed. Bebidas tan típicas como la sangría, el mojito, la caipiriña, el cuba libre, la limonada, la piña colada, el limoncello o el agua de valencia, son algunos de los ejemplos.
El verano es la época del año en la que nuestro cuerpo reclama más hidratación, suben las temperaturas y, además, pasamos mucho más tiempo expuestos al sol. Esto nos produce mayor sensación de sequedad en la boca y rápidamente buscamos una bebida refrescante que nos calme la sed, pero a veces no elegimos la correcta. Los refrescos, la cerveza o los granizados suelen ser las bebidas más atractivas en la época estival.
De entrada podemos distinguir entre dos tipos, las bebidas que contienen alcohol y las que no. Yo soy partidario en verano de esquivar el alcohol lo máximo pues me produce, después de su ingesta, una sensación mayor de calor y una intensa transpiración.
En un país con una gran producción vinícola como el nuestro, la sangría siempre ha tenido un gran protagonismo y es una alternativa al consumo del vino solo, el problema es que cada vez es más dificil de localizar en el mapa gastronómico cántabro, no estando presente en la mayoría de bares y restaurantes ya que requiere de una elaboración.
Teniendo el vino como ingrediente principal se elabora fácilmente el tinto de verano, que no es más que vino combinado con gaseosa y una gran cantidad de hielos, el famoso Vargas cordobés (Valdepeñas con gas) en esta ciudad andaluza lo preparan como en ningún sitio.
La cerveza, bien fria, es otro de nuestros acompañantes veraniegos. En verano rebajada con gaseosa, la famosa clara madrileña, también permite ser rebajada con limón, dando lugar a un refrescante conjunto rebajando el grado alcohólico de la mezcla.
Otra opción es el rebujito. Su origen etimológico lo encontramos en la palabra “rebujar”, que significa mezclar. Fue en la Feria de Abril sevillana donde nació esta bebida, ante la necesidad de tomar algo fresco y de baja graduación alcohólica, pero sin renunciar a la “bebida oficial” de la Feria de Abril: la manzanilla (o fino). Así, la mezcla de este vino con bebida con sabor a lima como el Sprite o el Seven Up, hielo e hierbabuena, dio lugar al refrescante “rebujito”. La proporción es de una parte de vino por dos de refresco, aunque puede variar a gusto de quien lo prepara.
Y por último, y dentro de las bebidas alcohólicas, el amplio abanico de bebidas tipo combinado: Gin Tonic, Gin Kas, Kaypiriña y un larga lista de combinaciones de refrescos y alcoholes, bien de trago largo o de trago corto.
Dejando a un lado las bebidas alcohólicas tenemos el amplio católogo de refrescos, los refrescos ‘light’ son una de las alternativas cada vez más solicitadas en las terrazas de los bares. En general son alternativas poco saludables al estar la mayoría de ellas hechas con edulcorantes que sustituyen a los azúcares y los refrescos tradicionales también poco saludables por su contenido en azucares y productos químicos. También son un ingrediente fundamental para la elaboración de combinados.
O el novedoso Sodastream que nos llega con polemica incluida, al poner muy nerviosos a Pepsi y Coca Cola, es una maquina para hecer refrescos carbonatados en casa, con lo cual prescindimos de los envases de plastico resultando un gran beneficio para nuestro planeta.
Los zumos de frutas o vegetales son otra alternativa, como el zumo de tomate, de zanahoria, de sandia etc. y que en muchos casos también pueden forman parte de un coctail o combinado.
Un día veraniego decidimos desplazarnos a Remi en Cicero, todas las fotos que aprecen en este artículo se corresponden a combinados hechos en este lugar, por este maestro del coctel o combinado, a excepción del salmorejo que es de la Bodega La Montaña.
Otro apartado que también ha tomado mucha fuerza ultimamente son los tés helados y los combinados de café frios. Sin olvidar la clásica limonada o los granizados.
Y algo que a lo que yo soy muy aficionado, a tomar una sandía guardada en frigorífico y fresca o un gazpacho o salmorejo, dos de las más tradicionales sopas frías de nuestro país.
Pero sin lugar a dudas la bebida que mejor quita la sed y que más sana es para el organismo es el agua. Cada día perdemos en torno a dos litros y medio de agua, ante esta ‘pérdida’, es necesario que la restituyamos con el fin de mantener el organismo bien hidratado siempre y en cualquier etapa de la vida, dedicando especial atención a la reposición de agua cuando hace calor y cuando sufrimos mayores pérdidas de líquidos.
Como recomendación general y en condiciones de temperatura y actividad física moderada, los adolescentes a partir de 14 años, los adultos y los ancianos deben tomar entre 2 y 2,5 litros de agua, una ingesta recomendable tanto para hombres como para mujeres.
Por EMC