Hemos Comido…en La Capitana, llevaba bastante tiempo con ganas de pasarme por este lugar y al final me tocó ir a la Bodega Tejea Verde y aproveché.
Situado en el Valle de Villaverde, en plena naturaleza, este restaurante se caracteriza por la apuesta que realiza por los productos de la tierra y selecciona las mejores carnes y pescados para degustar a la parrilla.
El restaurante mantiene costumbres ancestrales como la charriboda, a la vez que da un toque innovador a la cocina tradicional cántabra especifica del Valle de Villaverde con gran influencia vizcaina, creando nuevas sugerencias y cambiando de carta periódicamente, en la que incluye una amplia oferta de elaborados postres.
En una de las ediciones anteriores del concurso regional de pinchos ganó este y compitió en el concurso nacional en representación de Cantabria.
Con un pincho de bacalao, los hermanos Pedro Luis y Alberto Marquina, propietarios del restaurante ‘La Capitana’, de Valle de Villaverde, ganaron el primer premio al mejor pincho del concurso regional convocado por la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, en el que participaron setenta hosteleros de quince municipios de la región. El concurso contó con el patrocinio de la Cámara de Comercio de Cantabria y la Consejería de Turismo y Cultura. En la quincena del pincho se han consumido nada menos que 13.000 unidades de estas pequeñas y sabrosas muestras de la gastronomía regional. El público ha participado activamente no sólo comiendo los pinchos, sino también enviando mensajes (más de mil) par elegir el premio popular.
El pincho que ha obtenido el primer premio está compuesto de «un tocho de bacalao en tosta de pan crujiente, con piperrada encima y una salsa parecida a la club ranero», dijo su creador Pedro Luis Marquina. ‘La Capitana’ es un restaurante familiar abierto hace doce años.
A la ida hacia Villaverde paré a tomar café y me fijé en la cantidad y buena pinta de los pinchos, así que si no se interponía nada a la vuelta intentaría comer en este lugar.
Y asi fue como ocurrió, no se interpuso nada y pude parar a comer, lo que me desorientó un poco es que no tuvieran carta, así que me tuve que conformar.
De primero tomé alubias con almejas. Unas alubias pellejudas nada buenas, de sabor estaba bien excepto una de las almejas que no estaba bien de sabor y me fastidió el sabor de este primer plato, que ya de por si no estaba muy allá.
De segundo tomé unos pimientos rellenos de pescado, merluza y cabracho creo. La realidad es que era una ración generosa acompañada de unas patatas muy bien hechas, la salsa de los pimientos también muy buena de sabor, pero llegamos al relleno. El relleno era una masa homogenea, de vete tu a saber qué, falta de sabor. Es algo que no me gusta absolutamente nada, que el relleno de los pimientos tenga esa textura, por que da la sensación que se han limitado a abrir la lata y calentarlos en el microondas.
En resumen, creo que me tocó a mi la china, pues el restaurante tiene bastante acogida por lo menos entre la gente del Valle. Asi que el menú del dia por lo que a mí se refiere no me convenció lo más mínimo. Quizás en otra ocasión mi opinión cambie.