Hemos Comido…en Torrelavega en La Casa Encantada, una finca donde puedes disfrutar de todos los estadios del dia, desde el desayuno hasta las copas de después de la cena (cuando nos lo permitan).
Hay visitas gastronómicas que merecen hacer una muesca en la culata y esta ha sido una de ellas.
Mejillones tigre con espuma de bechamel y quicos. Una espuma deliciosa con impronta a escabeche y un recuerdo a tomate buenísimo, un bocado delicioso
Sardina ahumada con huevas. Una sardina de calidad ahumada en San Vicente de la Barquera, da la sensación de estar cruda en cuanto a textura y aspecto, pero cuando la pruebas te seduce su ligereza y su dellicado ahumado.
Alcachofas a la brasa. MUY al dente, al principio chocan, pero según las vas saboreando van ganado. Deliciosas y una textura nueva para mí, muy marcado el sabor metálico que caracteriza al vegetal.
Tartar de tudanca y tuétano. Maridan las untuosidades de la carne y el interior de hueso, la carne se complementa con algo de huevo y mostaza, el tuétano aporta potencia y grasa delicioso, es un vicio. La calidad de la carne de tudanca es insuperable, muy infiltrada y untuosa. Las dos mostazas que la acompañan no podían estar mejor elegidas, mis dos favoritas, la verde y la antigua.
Arroz de tudanca y trufa negra. Sin palabras me he quedado, bastante especiado, pero sin cansar, con el acompañamiento de un rico ali olí. La carne resulta deliciosa y la trufa aporta matices, pero no mata el sabor, se nota el comino que aporta diferenciación con cualquier arroz que hayas probado hasta el momento. Hacía años que no disfrutaba de un arroz con tudanca, una elaboración que siempre he tomado en la zona occidental de Cantabria por Val de San Vicente y alrededores, no sé sí por casualidad o porque es originario de aquella zona, intentaré informarme.
Seguimos haciéndole la ola a Quintana, un lomo bajo como no recuerdo otro igual. Untuoso, sabroso con mil matices, impronta al romero que se utiliza en la brasa. En fin, inigualable.
De postre un yogur de Carcabal con fresas confitadas, un fin de fiesta perfecto.
Antonio nos mima con producto de Km0, cercanía al completo, su apuesta gana cada día más adeptos, ya que aporta calidad y sostenibilidad. Qué poco vamos a tardar en volver.
Por cierto, el vino: Cantabricus de Bodegas Vidular, un espumoso.