Hemos Comido…en Porto Picolo, un italiano recién abierto con mucha magia en la cocina y con producto netamente italiano.
Marzo 2019. De todos es bien sabido que no soy un fan de la comida italiana, cuando digo comida italiana me refiero a la oferta Fast Food que suele haber en los mal llamados restaurantes italianos. Existen otros lugares mejor emparentados con la gastronomía de origen italiano y este es uno de ellos.
Entre otras, unas de las sorpresas que me reservaba el local es que comercializa cerveza marca El Águila, todo un mito de las barras españolas, una cerveza nacida en Madrid a principios del siglo XX que vuelve de la mano de Heineken.
Cuatro comensales, comenzamos con los clasicos entrantes, El antipasti, un tipo de entrante propio de la gastronomía italiana. L’antipasto consiste en un aperitivo servido antes de comer los demás platos. Paté de pato, aceitunas, coppa di Parma (cerdo curado similar al lomo), mortadela Bologna, salami picante, schiacciata picante. Un comienzo de embutido en su mayor parte ciertamente prometedor.
Continuamos con un carpaccio di Manzo. Solomillo de buey con un corte de un grosor moderado, como a mí me gusta, marinado y acompañado de unas lascas de grana padano (muy en su punto, no los característicos muy secos), acompañado de rúcula, que me suele sobrasr en todos los sitios y aquí no iba a ser menos.
Aquí entramos en un mundo completamente ignoto para mí, que concocía uno de los comensales y que se empeñó en pedir una pieza entera de mozzarela ahumada en una ensalada. La susodicha resultó algo sutil y vaporoso, con un ligero toque de humo y un sabor único, deliciosa, cremosa, acompañada de pesto de albahaca que acrecentaba el frescor de la ensalada.
El siguente, Rettangolo Tartufo. Otro gran descubrimeinto, pasta fresca rellena de foie y trufa, creo que uno de los mejores combinados que hay son el foie y la trufa, si a esto le añades pasta que capta todos los sabores de los alrededores, ya tienes una receta redonada.
Otra de las elaboraciones que nos llamó la atención fue Spagetti alla Tropea. Es un salteado de mariscos con tomate confitado y que varía dependiendo de la estación; puede contener almejas, mejillones, nécoras, maganos, gambones, y un punto picante. Un vicio, creo que no podría hartarme de comer esto.
Me llamó la atención encontra aquí el tomate que usaba un amiguete de mi padre, Sandro, para hacer todas sus maquinaciones gastronómicas y del cual siempre llevaba en el coche más de una lata: «La Rosina», me acuerdo ya que me hacía gracia el nombre, lo usaba para hacer las diferentes passatta di pomodoro. Por cierto, solía hacer una con muchísima cebolla y picante que era una delicia.
Para terminar lo salado, una pizza, pero muy especial, una 4 stagione con tomate, mozzarella, aceituna negra, alcachofa, jamón y champiñones. Bárbara, sin queso manteniendo el sabor de los ingredientes, sobre una base de masa fina, muy buena.
Los otros tres se pidieron (que les vuelve locos), una pizza de fresas y Nutella, yo no puedo con eso, no me atreví ni a probarla.
Terminé con un tiramisu, muy de mi agrado.
El sitio tiene muchas elaboraciones muy atractivas, de hecho terminó lleno de gente que en su mayoría repetían. De precio, pues ni idea ya que pagó uno de los comensales que era quien nos traía a conocer el local ya que a él le encanta (y a mí también, para que vamos a engañarnos). La comida fue todo un éxito.
Por El Mule
La visita esta mas que justificada, el lugar se sube al carro de los pocos restaurantes italianos de verdad.
Paseo de Pereda 25 39004 Santander 942793543