Que nadie se piense que nos hemos ido a comer a Suiza un pincho, eso sí, quien cocina es Bodgan, de origen rumano.
Le conocí hace muchos años a traves de la Asociación de Docineros de Cantabria que preside Floren Bueyes, desde el principio me resultó un tío simpático y un trabajador incansable, algo que se confirma día a día.
Siempre me llamaron la atención sus tortillas, aprendió a hacerlas no sé muy bien donde, pero sigue haciéndolas igual de buenas desde que comenzó, y yo cada vez que puedo me acerco a hacerle una visita.
Pero que nadie se piense que su cocina termina en el mundo de la tortilla, la mayoría de los fines de semana se dedica a cocinar en una olla ferroviaria, que se ve a la entrada del diminuto local que regenta, donde elabora tanto guisos de origen regional, de los que he probado más de uno y he de reconocer que es un maestro de este instrumento del fuego lento y la paciencia, como algún guiso de su zona originaria, algo más potentes que los locales.
También hace por encargo mucha casquería: callos, asadurilla, etc, y he de dejar constancia de que está para chuparse los dedos, así como guisos y el clásico goulash originario de centroeuropa.
En fin, un local donde merece la pena comer una tortilla, o llevártela entera a casa, pues también puedes encargarla, así como un guiso de esos contundentes, pero creo que estos últimos los dejo para en invierno.