Hemos Comido…en La Taberna de Paco, en Fernández de Isla, una taberna o restaurante a la antigua usanza, con muchos adeptos por lo que he oido.
Septiembre 2016. Se empeñó Agus en que nos acercásemos, pues se lo habían recomendado como un lugar especializado en pescados y mariscos, con el aliciente de tener también una buena carne. Yo ya conocía el local de otras ocasiones en las que tomé alguna ración y sabía hacia donde apuntaba su cocina.
De entrada el camarero que atiende las mesas es un águila, todo un profesional que sabe atender y vender como nadie, similar a como era esta profesión hace unos veinte años o más, compuesta por una serie de profesionales de buenos modales, siempre encantadores, siempre dispuestos y conocedores de lo que tiene que vender.
Paco, el propietario y cocinero, lleva ya unos cuantoa añitos en la profesión, estuvo vinculado a lugares emblemáticos de la gastronomía de nuestra ciudad como es Camuesco, desaparecido hace una friolera de años y del que os dejo una fotografía que no sé muy bien si es el susodicho pues reza con el nombre de 6º Continente, pero por lo que he indagado podría ser él, pues donde la he encontrado reza: «Este es Camuesco, el rey del marisco», donde aparecen esta foto y la de un torero.
El local es un restaurante a la antigua, más que vintage es viejuno, rodedo de parafernalia futbolística, toneles y jamones colgados. Lugar de compadreo frecuentado por personal de avanzada edad, donde unos vienen a tomar el menú del día y otros a recordar épocas anteriores a la vera de un vino y alguna ración.
Paco elabora cocina de la vieja escuela, que ya se ve en pocos sitios, marcada por elaboraciones tradicionales cocinadas de la manera más tradicional.
Como os decía al principio, el camarero era un auténtico ave de presa e intentó vendernos el rodaballo y el chuletón, algo a lo que no accedimos, entre otras cosas por que el rodallo no es pescado de mi devoción y el chuletón es algo que pido solamente cuando resulta ser de algún tipo de carne muy especial, a hora de comer prefiero otro tipo de corte como en entrecote.
Comenzamos con un pulpo a la vinagreta. Una ración que nunca falla en nigun sitio, buen aceite, pimiento, cebolla, perejil, un leve toque de vinagre y un pulpo terso. Muy bien.
De segundo un revuelto de la casa que se le encaprichó a Agus y mira que le advertí que el revuelto de la casa suele ser habitualmente el revuelto de todo lo que sobra o bien de todo lo que hay cubierto de huevo. Y no me equivocaba: setas (las típicas de bandeja de supermercado, no las puedo ver ni en pintura), langostinos, jamón y almejas con cáscara y todo. Un auténtico poema.
Seguimos con unas mollejas empanadas. Muy buenas, crujiente el empanado y jugoso el interior.
Para terminar con el salado unas barbadas, que conocieron tiempos mejores. La salsa sí estaba bien buena y nos volvimos locos a untar, con bien de picante y potencia de ajo para matar el sabor de la barbada. Por cierto, la cococha en Santander se llama barbada.
Y este fue el final de la comida del apartado de salado, una cocina de raciones muy de la vieja escuela que dirian los yankees. Un lugar que tuvo sus momentos de gloria hace bastantes años.
Dentro de los postres tomamos un flan de la casa muy bueno.
Y un queso fresco con membrillo. Bueno el queso y el membrillo.
Al final nos juntamos con casi 85 € por una comida a base de raciones que ni fu ni fa, lo mejor de todo el camarero, como os decía un auténtico profesional.
Fernández de Isla 11 39008 Santander 942221013
Por EL Mule