Hemos Comido…en La Santanderina en la calle Rubio. pegado a la Biblioteca Menendez Pelayo.

Hace un año, un nuevo local comenzó su andadura: La Santanderina. Hoy, finalmente, he tenido el placer de disfrutar de su oferta culinaria.

En numerosas ocasiones, me he deleitado con sus desayunos, destacando su tortilla, un emblema de nuestra ciudad, la tortilla estilo Santander.

En nuestra habitual peregrinación de los viernes, dos comensales nos acercamos al lugar. Pronto entablamos conversación con Nacho, quien nos preparó un par de vermuts impecables, antes de pasar al comedor.

Nacho nos aconsejó varias especialidades de la casa. De todas ellas, seleccionamos algunas que nos parecieron suficientes. Acompañamos la comida con Juvé & Camps, un vino fresco perfecto para un día estival como hoy.

✅ Comenzamos con la ensaladilla, un plato que evoca la tradición culinaria española. Con una mayonesa muy ligera y huevas de trucha que aportan un toque salino, resultó ser una elección muy recomendable que disfrutamos ambos.

✅ Continuamos con un par de croquetas, un claro ejemplo de la cocina de aprovechamiento española. Muy crujientes y sabrosas, con una textura suficientemente líquida, me encantaron.

✅ Para terminar, degustamos unos callos, un plato con un origen humilde pero que, bien elaborado, es una delicia. Estos callos eran buenísimos y cumplían con las 4 P: picantes, pegajosos, pulcros y pequeños. La salsa era untuosa, pegajosa y rica, y el corte pequeño, pero sin pasarse. Tenían morro y pata, aportando mucho colágeno. Muy recomendables.

A pesar de nuestra satisfacción, dejamos algunas raciones para una próxima visita, como las alcachofas, los maganos, el tomate, los torreznos y una muy demandada tinga de pollo.

Sin duda, La Santanderina es un lugar al que volveremos para seguir descubriendo su homenaje a la gastronomía española.

Por El Mule

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