Hemos Comido…en La Jara, en Peña Herbosa, si la cocina cajún tiene una trilogía o Santa trinidad (pimientos, cebollas y apio) yo tengo la mía propia y esta es bocartes, callos y cava.
Marzo 2017. Me lo habían recomendado en varias ocasiones y ya lo había visitado, pero siempre a picar algo y a tomar una copa de cava (es uno de los pocos sitios donde te sirven cava por copas y no de esos cavas satánicos que solo tienen de cava el nombre).
La carta es cortita, pero todo son prácticamente especialidades, hacen un menú del día también muy escueto pero de muy buena calidad y de buen precio. Este día tenian de menú patatas con carne, bocartes y carrilleras, entre otros, todo de mercado.
Comencé con la priomera parte de la trilogía, bocartes. Los primeros de este año y por ello más que deseados. De tamaño mediano y justos de elaboración, fritos, como más se aprecia su sabor, acompañados de buen tomate, no cántabro pero bueno y de aceite y un poquito de vinagre de Jerez, para mis los mejores acompañantes del buen bocarte caliente, un poco de aciete crudo y un leve sabor a vinagre.
No es la primera vez que digo que una de mis situciones favoritas, desde niño, es llegar a casa de noche muerto de hambre y encontrarme los bocartes que ha sobrado del mediodía e incorporarlos a una ensalada de tomate y muy poca lechuga, de la que no soy muy amigo y algo de cebolla de Bedoya, aceite, vinagre y sal. Bendito manjar.
Bocartes, un placer y al ser los primeros placer al cuadrado. Vamos a por el segundo de la trilogía.
Callos, guiso de entrañas y uno de mis favoritos a la hora de sentarme a la mesa, el guiso y un cesto de pan. A estos les acompañaba un huevo, aportando más untuosidad si cabe al plato, justos de picante, escrupulosamente limpios y pletóricos de sabor, acompañados de una cava Freixenet. Se me caen los lagrimones de recordarlo.
Entre mis preferidos no podía faltar el queso, uno que me recomendaron y al que me invitaron como postre, un manchego espectacular, auténtico fin de fiesta.
El servico resulta de lo más amable, de todo te van informar y déjate recomendar que merece la pena. Así que en el poco tiempo que lleva en la calle se ha hecho de una clientela fiel, entre los que me encuentro.
Una nota curiosa es que no tienen helado, pero si te apetece uno de postre cruzan la calle y te traen un buen helado artesano que elaboran enfrente de este lugar.