Hemos Comido…en La Cocina de Matute, un local donde prima la cocina artesana y la fusión de diferentes influencias culinarias.
La cocina de Matute es un garito con bastante enjundia, situado en la zona de Valdenoja, Cueto. Lo regenta un matrimonio madrileño-argentino con muchos años a sus espaldas en el mundo de la gastronomía y con algo que me encanta en un cocinero, que sea de buen comer.
Nos acercamos tres comensales a compartir unas cuantas raciones.
Comimos con un vino argentino, un Malbec. De un impactante color violeta. Nariz frutal destacando ciruelas, cerezas y notas florales que nos recuerdan a las violetas. Posee gran cuerpo y su vivaz estructura acentúa sus taninos intensos que se vuelven aterciopelados en boca.
Comenzamos por una empanada argentina. El relleno es casero y cortado a cuchillo, nada de carne picada, y eso es algo que marca una gran diferencia con otras. Me han gustado mucho, jugosas y crujientes.
Tomamos unas patatas bravas madrileñas, buena patata artesana y la clásica salasa brava.
Continuamos con unos tacos de cochinita pibil. Carne de cerdo que, según nuestro anfitrión, se tira horas y horas en la cazuela, le acompaña un toque de queso que no enmascara el sabor de la carne. Tres salsas a elegir, cebolla roja encurtida y algo de tomate. Muy buenos, de los mejores tacos que me he llevado a la boca. Las salsas: guacamole, pico de gallo y picante.
Una tapa entre plato y plato, un par de rabas por comensal y ali oli.
De aquí pasamos a una oreja de toma pan y moja. Sedosa, sabrosa, sin cartílagos latentes y con una salsa potente. Cojonuda.
Para terminar lasagna de carne. La pasta es de la casa y el relleno también, justa de queso y con un toque a albahaca muy rico. Uno de los pocos lugares donde se puede comer, pues en la mayoría de los sitios que conozco son un cúmulo de grasa.
Hacía cienes y cienes de años que no veía un escalope milanesa en una carta. A uno de los comensales no le pasó desapercibido. Bien rebozado, mejor escurrido y muy a mi gusto. Como a casi todo aquí lo acompañan una patatas artesanas, triscadas y fritas que me han gustado un montón y unas verduras también al dente.