Hemos Comido…en Gelín en Montaña, en las V Jornadas del Chuletón de Cantabria, unas jornadas ya clásicas en la oferta gastronómica.
Julio 2014. El restaurante Gelín es un clásico de la gastronomía cántabra, famoso por las cigalas y el marisco en general. Una tía mía recordaba recientemente como le gustaba ir a los toros y después de la corrida bajarse a Gelín a cenar una buena cantidad de cigalas.
El restaurante sigue como siempre lo he conocido, bien cuidado y con buenas instalaciones, amenizadas con una barra de lo más concurrida durante todo el día, lugar de encuentro de los locales y de otros no tan locales.
Aunque lo he visitado en muchas ocasiones, unas veces de cena informal y otras por trabajo, no conocía de la existencia de un privado de lo más acojedor (una localización excelente para un evento de pequeño número de comensales, muy íntimo) así como de una bien dotada bodega situada a la entrada del privado.
Pasamos a la mesa, donde cené con una cerveza Alhambra, debido a que tenía que coger el coche para volver a casa. Mi acompañanate cenó con Martín Codax, un clásico de la oferta gallega de vinos.
Nos invitaron a una sangria blanca de Lolea, algo que no conocía y que me llamó bastante la atención, tanto por su presentación y vistiosidad como por el sabor de la misma, que no es el tradicional, pero agradable al paladar. La sangría es una bebida tradicional y popular de muchos pueblos de España. Forma parte de la historia y el turismo español sobre todo en el verano, porque es un trago refrescante sinónimo de playa, sol y chiringuito.
Lolea elabora artesanalmente una combinación de vino y fruta, esta sangría se puede elaborar con vino tinto y con vino blanco, también llamada Clarea.
Con la sangría nos sirvieron un aperitivo de albóndigas con cecina.
Comenzamos con el primero de las jornadas, una cecina con aceite de oliva virgen. Estupenda cecina de calidad superior, veteada y fresca, ligera en el ahumado y sabrosa. Una buena ración, quedé encantado con la calidad del embutido y sobre todo con el corte, ni fino ni grueso, justo.
Antes de continuar hicieron las presentaciones, el chuletón que nos iba a acompañar como plato principal, una pieza de poco más de un kilo, con un buen aspecto, carne roja y veteada.
Seguimos con unas albóndigas. Si hay algo que me gusta son las albóndigas, y para mi determinan la calidad de la cocina de un restaurante. Es algo didifcil de conseguir, jugosidad, sabor y punto con una carne picada. Entiendo perfectamente a Homer Simpson y comparto su opinión cuando en un capítulo le preguntan en un restaurante ¿Que desea beber el señor? A lo que responde: albóndigas.
Para mi las albóndigas son uno de los platos estrella de la cocina tradicional española y estas brillaban por si solas, jugosas, deliciosas, con una salsa con el sabor típico a carne de este guiso, acompañadas de unas pequeñísismas patatas recién fritas mojadas y reblandecidas por la salsa. Una gozada de ración, deberían nombrarlo patrimonio de la humanidad.
Y por fin el protagonista de las jornadas, el chuletón. Buena maduración, blando, punto justo de cocción y un excelente sabor, no defraudó lo más mínimo. Recomendable.
De postre, que solo tomé yo pues mi acompañante estaba llena, unas natillas con bizcocho de sobao, bolita de helado y teja de almendra. Un final de lo más goloso.
El servicio resultó, como siempre en Gelín, perfecto.
No encuentro la factura por ningún sitio, pero el precio de todo creo que fueron 58€, si aparece la colocaré.
Avda. Bartolomé Damis 2 Nueva Montaña 39011 Santander 942332733