Hemos Comido…en El Sol. Edu, tras abandonar Cadelo, se nos planta pegado a casa con una nueva oferta en el conocido El Sol.
Junio 2018. El Sol es uno de los más tradicionales bares de nuestra ciudad, lleva setenta años en la palestra, ya lo regentaba un primo de mi padre antes de nacer yo, y después ha ido cambiando de manos hasta hoy en día.
Se han centrado en comida fría, basada en producto, también hay algun caliente pero debido a las limitaciones de la cocina son los menos.
Producto de calidad y elaboraciones exclusivas. Oferta desayuno, comida, merienda, cena. Para poder tomar también unas copas después de la cena o unos vinos a la hora del vermut acompañado de sus raciones.
He estado en dos ocasiones. Nos pusieron de tapa unos boqueroes de órdago, los tenían también como ración. Eran de los mejores que recuerdo, elaboración de Diego Bilbao, que se asienta como cocinero del lugar tras abandonar la cocina del Centro Botín, donde hizo que me volviera adicto a sus patatas y su costilla.
Tomamos unas croquetas, y ciertamente que yo no soy muy de fritanga, pero hay que dar al Cesar lo que es del Cesar, el resultado de la fritanga era una croqueta bien escurrida sin rastros de aceite, de buen sabor a carne, una bechanel muy fluida y hebras o trocitos del relleno, en este caso carne. Por cierto, era media ración.
Unas patatas coreanas que son la pera. Confitadas y fritas, con cebolla, salsa picante y encurtidos. Ya las había probado en otras ocasiones, también elaboradas por Diego, y que me tienen absorvido el seso.Tomamos media ración. Por cierto, Diego aparece en la primera foto del artículo saliendo de la cocina.
Seguimos con un tomate de Cantabria, algo maduro par mi gusto pero muy bueno, fresquito que no frío.
«La ensaladilla de mi madre», como la llama Diego. Todo un clásico de nuestra cocina y llevada a cabo de la manera mas clásica, el sabor de siempre que acompaña a una buena ensaladilla.
Queso de La Jarradilla con anguila ahumada y tomate cherry. No me volvió loco, pero un buen queso y un buen ahumado siempre quedan bien.
Ceviche de lubina. Magistral, trozos de buen tamaño de lubina y marinado justo. En la cocina peruana, tan de moda últimamente, se trata de imponer el sabor del cítrico al del pescado, supongo que en origen para quitarle sabor, pero hoy en día no se trata de esto y agradezco los marinados suaves que no ocultan el sabor del pescado, y este es uno de ellos, muy bien controlado.
De postre tomamos tres diferentes ya que éramos tres comensales.
Después de la comida me asomé a la barra, había una oferta poco habitual, burrito de salmón y sandwich de costilla, la famosa costilla a la que hacía referencia al principio y que hoy no pude probar debido a que la habian destinado a la elaboración de estos sandwiches.
En la foto, Edu y Peri, los dos socios que regentan esta nueva etapa de El Sol.
Como podeis ver el precio es muy razonable para una comida en la que nadie se quedó con hambre ni se quejó de nada, más adelante habrá que volver a probar la evolución que seguramente será a más.
Por El Mule
Santa Lucía 32 39003 Santander