Hemos Comido…en De Luz, vuelta a este emblemático lugar después de una larga temporada sin pisarlo.
Aprovechando el menú del 8º aniversario, me acerqué a probar este menú gastronómico degustación, con un muy buen precio y formado por ocho recetas míticas dentro de su carta desde el año 2006 hasta el 2014. En un día desapacible como el de la comida sentarte delante de una chimenea a tomar algo antes de comer o una copa o combinado después, es algo que se agradece y que no es posible en muchos restaurantes. Así que comencé la comida tomando un Riveiro al lado de la chimenea, aprovechando la oportunidad.
Decidí comer con un Ribeiro, Mein. El Ribeiro es un vino, para mí, con un sabor especial, fue uno de mis primeros contactos con Galicia y ocupa un lugar especial dentro de mi corazón, me llegan muchos recuerdos, ese sabor a taza, ese olor a marisco, etc. Hacía muchos años que no probaba un Ribeiro.
El Ribeiro es un vino blanco elaborado con las variedades autóctonas gallegas que tanta fama habían dado a los vinos de la zona ya en los siglos XVI y XVII. Elaborado con la legendaria uva Treixadura como base y distintas proporciones de otras variedades autóctono gallegas: Godello, Loureira, Torrontés, Albariño y Lado.
A la vista presenta un color amarillo pajizo, con algún destello entre algo verdoso y algún dorado, limpio y brillante. En la nariz tiene una buena intensidad para tratarse de un vino blanco, con algo de hierbas e incluso detalles de cítricos.
En la boca resulta con frescor, pasa muy bien, no muy ligero y con una fase final gustosa y más bien larga. Un excelente Ribeiro.
Comenzó la jornada con un tartar de atún rojo, de Zahara de los Atunes, con guacamole. Excelente, muy poco manipulado, donde impera el sabor al atún.
Ravioli de salmón salvaje de Alaska marinado, con queso pasiego de Braniza de La Jarradilla. El salmón de Alaska me resulta más sabroso y de una textura más tersa que el habitual Europeo y por lo general de piscifactoría, acompañado de un Braniza en esta ocasión suave, hacen el conjunto idóneo en este ravioli un bocado delicioso.
Y por último, dentro de esta primera toma de contacto, un crujiente de pato artesano de La Llueza al estilo imperial de Pekín. Un crujiente que se vio un poco empañado por el sabor de los anteriores, pero donde se puede notar el excelente sabor de la carne de este pato criado en libertad.
Tartaleta de hojaldre con setas cremosas y queso. Es esta ocasión lo acompañaban tres quesos diferentes: Dirivín, Picón y queso de cabra Montebro. Yo no soy muy partidario de los hojaldres en la cocina, la razón es muy sencilla: requieren una atención muy especial y a no ser que estén recién hechos siempre terminan acusando la humedad del ambiente o influenciados por los componentes de sus elaboraciones y pierden ese crujiente y esa textura que las caracteriza.
Está claro que no era el caso, recién hecho y puesto en el plato. Cualquiera de los tres estaba riquísimo y con la textura típica del hojaldre. En alguno se notaba un exceso de orégano, lo que le otorga un sabor a pizza, pero no como para llegar a ser algo muy marcado. Muy buenos los tres.
Rösti de patata crujiente con huevos ecológicos de Añero y bechamel trufada. Este resultó, para mi paladar, el rey de la comida. El Rösti es un plato de patatas muy popular en la cocina de Suiza. Se considera tradicionalmente como una parte de un desayuno normal de los agricultores en ciertos Cantones.
El rösti se elabora principalmente con patatas que frecuentemente se mezclan con algunas grasas de origen animal. Tienen forma de tortitas de diferentes. Algunas veces se fríen ligeramente y después se ponen al horno. Se suele añadir un cierto número de ingredientes adicionales, tales como panceta ahumada, cebollas, queso, manzanas o hierbas frescas.
Una delicia de plato, donde los ingredientes se combinan dando lugar a un sabor especial. Cierto toque a trufa, la textura del huevo se confunde con la bechamel, es rösti le da cuerpo y la yema aporta el mayor de los sabores, delicioso, muy recomendable.
Lomito de merluza en tempura con mahonesa de curry. Una tempura muy acertada, la merluza muy justa de punto, el arroz que le acompañaba también estaba aderezado con un curry muy suave y un aceite de perejil, muy bueno.
Para terminar con el apartado salado, otro de mis favoritos de este menú: taco de chuleta de ternera ecológica de Cantabria con salsa de foie y magret de pato de granja Llueza con salsa de naranja. La Llueza es una granja situada en Espinosa de Los Monteros, en el norte de Burgos donde los patos crecen en libertad y al aire libre.
Las dos carnes perfectas de punto. La salsa que acompañaba a la ternera muy buena con un marcado acento a foie. El pato justo de punto, sangrante, como debe de ser dos carnes tan distintitas compartiendo plato, a cual mejores, delicioso y recomendable.
Como punto final una degustación de postres: milhojas de chocolate, tartaleta de limón y cheesecake. Muy recomendables los tres.
Me llamo la atención la calidad de la cubertería. La gerencia del grupo muestra un apoyo incondicional al producto de Cantabria y a los productores. En todos los restaurantes del grupo hacen referencia a los elaborados de Cantabria.
En resumen, un menú por 25€ con el puedes conocer todo el bagaje de la cocina de De Luz en estos año. Recomendable.
Ramón y Cajal 18 39005 Santander 942290606