Hemos comido…En Casa Jose en el Pesquero, todo un clásico que llevaba cerrado desde hace unos años, siete en concreto, y que trae un soplo de aire fresco a esta zona.
Mayo 2017. Como sabeis el Pesquero no es santo de mi devoción, salvo dos restraurantes, pues se ha convertido con el paso del tiempo en una oferta gastronómica de una muy baja calidad, enfocado a turistas. Salvo dos excepciones, según mi criterio, todo lo demás no merece la pena y esta nueva apuesta viena a sumarse a este dueto para formar un trío que apunta hacia lo que fue en sus buenos tiempos el Pesquero.
Y ¿qué fue en sus buenos tiempos el Pesquero?, pues un lugar donde ofertaban pescados recién salidos de la lonja o de los barcos pesqueros y que en muchas ocasiones compartían oficios, pescadores y hosteleros, los mismos pescadores o armadores ofertaban el pescado en sus rerstaurantes; así que por modicos precios podías comer el mejor pescado y marisco.
Todo esto fue desapareciendo con el tiempo, de tal manera que llegó un momneto en que no se podían comer ni unas sardinas a la brasa, algo tan simple, barato y característico de la zona, ni entraba dentro de lo comestible las paellas que hiceran famoso al lugar.
Con el paso de los años se van estableciendo una serie de restaurantes que vuelven a los orígenes, ofertando lo que antaño fuera objeto de fama, buen pescado y marisco, bien elaborado, fresco y a buen precio. Casa Jose se incorpora primero con la preocupación de volver a sentar las bases para que el Pesquero vuelva a ser lo que fue junto a otros que ya llevan intentándolo hace tiempo.
Hay que hacer mención, en primer lugar, al servicio, atento y muy de recomendar lo mejor del día, algo que yo agradezco y con lo que ganamos todos. También he de decir que me quedo con ganas de probar algún pescado, pues desfilaron y desespinaron delante mío una serie de pescados a la plancha cuya calidad y pinta no podía ser mejor, (lo dejo para otra ocasión).
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Mientras esperaba me sirvieron una tapa de cabeza de jabalí a la menta. Chocante, que diría un anglosajón más acostumbrado a esta elaboración, pero me gustó, debió sufrir lo suyo el pobre animal, que diría Obelix, en una situación parecida.
Hubo otra cosa que me llamó la atención y que dejó enamorado del lugar, la apuesta por lo nuestro, por el producto de cercanías, algo que después me confirmó en dueño del local, de aperitivo un vermut Siderit, de origen cántabro y con el mismo nombre que la ya famosa ginebra que elaboran en Puente Arce; vinos de Cantabria en la oferta de bodega, ginebra cántabra, quesos cántabros y, por supuesto, pescados y mariscos.
Yo me adherí la cuchara pues había más de un guiso de tales características y tomé judiones con almejas, que cuando me los trajeron y vi el color lo primero que pensé fue en la menta anterior, pero no, no tenían menta, estaban elaborados con perejil, ajo y un ligero toque de vino blanco. Superiores, dominando el sabor de las almejas, muy buenos a mi entender, el judión bien hecho y nada pellejuds, una elaboración similar a la marinera.
De segundo cocochas de bacalao. He decir que en salsa no es mi manera preferida de tomarlas, pero estas eran de muy buen tamaño y estaban mejor de punto imposible. A mí desde hace un tiempo como mas me gustan las cocochas de bacalao son a la sartén dejando que se vuelva crujiente la gelatina que las acompaña, sin más, ni sal y son un auténtico placer para el paladar.
Estas resultaron una elaboración muy buena y un punto único, si vuelvo voy a repetir pero esta vez las pediré de otra manera, quizás rebozadas dada la calidad de la cococha.
De postre tarta de foie, algo distinto, con un ligero sabor a foie y un helado de maracuyá.
Me ha gustado lo que he visto y me ha gustado esta nueva apuesta, nuevas generaciones que se toman la gastronomía de otra manera, más innovadores y con ideas de hacer zona, algo que se echa de menos por estos lares.
Plaza Cabildos 1 39009 Santander 942135381