Hemos Comido…en el Bistró de Nikóla, cocina rusa de verdad, muy interesante y única en Cantabria.
Se encuentra en el antiguo local de Bollywood. Nos ha encantado, la oferta en carta resulta variada y sobre todo desconocida, unas elaboraciones clásicas del país, pero unas completas desconocidas en el nuestro.
Comenzamos con unas cervezas que resultaron toda una grata sorpresa, pero de nombre impronunciable ya que leer cirílico no es lo mío, de las dos una por lo menos se podía leer: Baltika. Es un fabricante de cerveza con sede en San Petersburgo. Es la compañía cervecera más grande de Europa del Este y la segunda fabricante de toda Europa con una producción de más de 40 millones de barriles.
La otra viene a ser Cmapblu Menbhuk, Cervecera Kursantov. En boca es refrescante con buen equilibrio, recuerdos a miel y de fino tostado, persistencia del cereal.
De aperitivo la ineludible ensaladilla rusa.
Sopa Borsh, repollo, remolacha, pollo y patata. Los rusos consideran este plato como uno de los más icónicos de su gastronomía, aunque según nos cuenta nuestra anfitriona es de origen ucraniano. Nos la sirven con una crema agria de nata que mejora el dulzor original de la sopa, eso sí, el hinojo me sobraba, pero eso tiene muy fácil solución. Todo un descubrimiento, nos gustó mucho a los dos comensales. Por cierto, la ración que compartimos y no terminamos era para un comensal.
Shuba. Una especia de ensaladilla de patata, arenque y remolacha. Su traducción viene a ser: arenque en abrigo. Es una ensalada de capas de verduras cocidas, patatas, zanahorias, remolachas, cebollas picadas, huevo cocido y mayonesa, sobre una capa de arenque salado. También nos encantó a los dos comensales. Dejaba un liviano sabor al arenque, un pescado que siempre me ha encantado sobre todo cuando proviene de una pandereta salada y que hay que limpiar con la ayuda de papel de estraza. El resultado, una especie de ensaladilla muy agradable al paladar. Otro nuevo descubrimiento.
Ahumados de esturión (frio y caliente) y anguila griega. Traen el esturión del Pirineo. Ha pasado de ser un pescado que me parecía insulso a subir un escalón en el colofón de pescados. Ya de por sí el pescado es terso, ahumado en frío, por cierto acompañado de un aceite de oliva virgen mayúsculo, resulta una textura más tersa, y un acorde y leve ahumado produce una nueva y desconocida sinfonía de sabores. No sé cual de los dos me gustó más, si el caliente o el frío, creo que el frío. La anguila resultó algo más insípida y grasa, pero merecía también la pena, venía acompañada de un buen tomate de cercanía.
Pelmeni de carne picada. Si hay algo que nos sorprendió, viniendo de un extranjero, fue su total apoyo a las compras de Km0. Nuestra anfitriona, en la medida de lo posible, todo lo compra local y resulta que nos estábamos comiendo unos pelmeni de tudanca. Se elabora con relleno de pequeñas bolas de carne elaboradas de carne picada de cerdo, de cordero, buey. La masa que rodea a la bola de carne se realiza con harina, huevos, agua y a veces de leche
Parecidos a una gioza, pero con sabor a filete ruso. Otra agradable sorpresa. Nos pusieron, para acompañarlo, mayonesa y crema agria, yo creo que les iría genial algo de parmesano y salsa de tomate.
Postres rusos, helado de chocolate y requesón con una base de galleta, que nos resultaron demasiado dulces.
Para terminar, estaba claro que un chupito de vodka, con un marcado sabor a turba, me sorprendió gratamente.
Al final la cuenta, un RCP muy ajustado, una buena atención y una cocina desconocida con cosas muy interesantes. Seguro que volvemos.