Hemos Comido…en el Restaurante Maruja, que desde 1941, tres generaciones han estado y están al servicio del cliente, con rigor, esmero e imaginación.
Su cocina es tradicional, siendo varios los platos recomendados, buñuelos de bacalao con salsa de erizos de mar, ensalada de mariscos con aguacates, revuelto de setas con marisco, merluza al Maruja, pescados del día y temporada, zarzuela de pescados, solomillo al Roquefort, solomillo con salsa de hongos y un largo etcétera.
La repostería y el vivero de mariscos son propios, destacando también su bodega. Está situado en plena calle principal, junto al puerto pesquero que es proveedor de sus materias primas principales. Ha estado allí durante tres generaciones, desde 1941, y es éste quizás, su mejor carta de presentación porque tiene todo lo que quiere ahí al lado.
La decoración tiene un punto de barroquismo y algo de apariencia británica. La carta está, obviamente, repleta de mariscos entre los que destacan, como siempre, las cigalas, los centollos, los bogavantes y las langostas, todos ellos ejemplares vivos y coleando hasta instantes antes de ser degustados.
La mariscada, tres tipos distintos que cambian según la lonja, es en esta caso una apuesta segura y variada. En esta ocasión y de celebración familiar nos plantamos seis de casa pues es un sitio con cierto significado para mi padre, que no viene a cuento y nos decidimos por tomar todos mariscada, la mariscada para siete estaba compuesta por, nécoras, oyocantaro, centollo, maganos, almejas, navajas, gambas de Huelva y creo que no me dejo nada, no era una mariscada típica pues estaba pactada de antemano, y de segundo parrillada de pescado con tres pescados diferentes, lubina, machote y perla. Impresionante todo especialmente bueno.
El precio según el «paganini» estuvo bien sin pasarse, pero comimos de maravilla, fresquísimo y muy bien hecho. Me recuerda a las mariscadas-zarzuela de pescados que nos comíamos en San Vicente en el restaurante de la curva que llevaba un tal Lugera, creo que se llamaba el barquereño, amigo de mi padre y en el cual se limitaba a echar todo tipo de pescado y marisco en la brasa consiguiendo un sabor insuperable, te van sirviendo según va saliendo de la misma y se te juntan los sabores de los magano el oyocantaro, las cigalas, con el del pescado, generalmente parrocha, jargo, dorada, julia, porredano, lubina etc. para nuestra desgracia este bar-restaurante situado en la curva del puente de salida de la Villa, desapareció ya hace bastantes años, pero le seguimos llevando con nosotros.
En resumen Maruja sigue siendo un lugar de lo más recomendable, por lo menos para tomar una mariscada y una zarzuela de pescados de órdago.
Avd. del Generalísimo San Vicente de la Barquera 39540 942710077