Palmanova es un recurso a explotar, cada día descubro algo nuevo y cada día se supera.
Cuando tengo que comer en Laredo no lo dudo, Palamanova, y últimamente me acerco bastante a la localidad pejina.
Comenzamos con un exuberante tomate acompañando de unas anchoas de diez. El comienzo pone muy alto el listón, incluso el aceite es de diez. Para mí es uno de los mejores maridajes, tomate de Cantabria y anchoa (de esta última doy por supuesto su origen).
Salmon marinado, una elaboración que empiezas y quieres que no se termine, buenísima. Y ya sé que últimamente está presente en todos los sitios, pero en esta ocasión me sorprendió gratamente. Sésamo, pimienta y un marinado artesano muy recomendable.
Pero la palma se la llevaron los verigüetos. Deliciosos y perfectos de punto, todos coincidimos en lo mismo, esta vez distintos a otras, acompañados de un ajillo y perejil.
Langostinos rallados a la plancha. Últimamente los prefiero cocidos, pero esta vez cambiamos de elaboración y está claro que si el langostino es bueno y la elaboración está en su punto, cualquiera de las dos merece la pena.
Maganos plancha, perfectos. Magano, calor y sal, tal y como salen del mar, exultantes. Aquí los llaman jibiones.
Lomito de rape al horno para terminar, en la misma línea que todo lo anterior.
Al final como siempre llega la nota, muy contenida, si dividís podeis ver que el precio por cubierto no puede ser mejor.