Hemos Comido…en La Mulata, un restaurante caracterizado por la calidad de sus pescados y mariscos.
Otra de las características que definen al restaurante son las jornadas gastronómicas, siempre con el mismo formato, pagas un fijo y puedes repetir tantes veces como quieras de las raciones que forman el menú. Dentro de estas jornadas, a lo largo del año, las del centollo, del langostino, del mejillón y del pulpo.
Pan con tomate para ir abriendo boca.
En verano, y coincidiendo con la época del bonito, hay que acercarse a tomar las raciones que marcan la diferencia. Una de ellas es la del salpicón de langostinos y oyocántaro, algo fresquito para una época calurosa. Este se caracteriza por no escatimar en cuanto al marisco y que lo vegetal es la nota anecdótica de la ración, como podeis comprobar en la fotografía. Media ración bien generosa y he de decir que con un buen punto de cocción y un punto de vinagre muy a mi gusto.
Hay otra ración que aquí bordan, tanto en el formato apto para celiacos como en el que no, es la de rabas. Son un espectáculo (particularmente me gustan más los rejos), como siempre resulta una ración de las que merece la pena de verdad, sin mariconadas añadidas como cebolla frita o similares. Buena fritura y buen calamar, harina, aceite y sal, ni más ni menos. Otra media ración bien generosa.
Para terminar, bonito encebollado. Muy bueno, no es mi manera favorita, pero he de reconocer que el bonito estaba con una ligera y buena cocción y con un sabor muy conseguido. No soy amigo del corte en ruedas, y sigo pensando que esta ración en un taco o usando el corte en lomos estaría muchísimo mejor y que se quitan impedimentos de enmedio, ya que se sirve la pieza limpia.
A otro tipo de comensales les hablas del corte por lomos y lo que menos te pueden llamar es anatema, pero es a lo que estoy acostumbrado y me parece la mejor manera de cortar y aprovechar un bonito. De hecho es como se hacía en mi casa y el corte terminaba en ventresca para la sartén, lomos para guiso o lo que se te ocurra y migas para rellenos.
Al final la ración estaba de rechupete, buena salsa, bonito jugoso y sobre todo fresco.
Un buen precio y unas raciones generosas, poco más se puede pedir por un menú tan veraniego como este.