Hemos Comido…en La Hermosa de Alba, un nuevo local con una oferta completamente distinta a la que caracteriza a la calle Tetuán.
Julio 2019. Nos encontramos con dos amigos, de un total de tres socios, que han apostado por una oferta más gastro que aporta valor a la zona, caracterizada, en su mayor parte, por ser de origen marinero.
En cocina está Diego Bilbao, que también oficia en El Sol, local de la misma propiedad pero sin la posibilidad de una oferta más gastronómica ya que carece prácticamente de cocina; en este Diego tiene la oportunidad de lucirse, como vereis a continuación.
Local minimalista con un apartado de mesa corrida pegado a la barra, donde puedes disfrutar de la comida a la vez que conoces gente nueva que como tú comparte la mesa.
Y yo cococí a un par comensales que enseguida se avinieron al dialogo y con los que tuve una agradable charla. La fotografía del pie es una de las elaboraciones que les sirvieron a ellos y que posteriormente me servirían a mí.
Estando como estábamos en plena temporada de bonito, la comida se centró en este magnífico pescado originario de nuestras costas y que tanto significadio tiene para mí, ya que soy socio fundador de la Cofradía del Bonito y que, a raiz de este artículo, se me ocurre pensar en establecer restaurantes avalados por la cofradía como representativos de esta especie, a aquellos que cumplan con una serie de características que les haga merecedores de tal mención, y pienso que este es uno de ellos.
Un crudo de bonito con un poco de sésamo y algo de cebolla. Un comienzo de fábula, a modo de cuchara o taco una hoja de endivia, bonito en su máximo esplendor.
Tartar de bonito. Con un toque picante muy sabroso, sobre una cama de arroz japonés y alga wakame a modo de deconstrucción de sushi, pero con mucho fundamento. Muy recomendable, éxito asegurado de la elaboración.
Continuamos con unos mejillones 2.0. El clásico trigre castellano actualizado, otra sopresa en el plato que al igual que las dos ateriores elaboraciones resulta muy recomendable.
Y al final pude disfrutar de la elaboración que me presentaban nada más sentarme mis compañeros de mesa, resultó como salta a la vista todo un espectáculo y al cual coincidimos en calificar como «platazo». Final de la oferta de este pescado que ha caracterizado la mayor parte de esta comida.
Continué con unas albondigas. Otro derroche, un clásico con todo el sabor que puede adquirir una albóndiga de una salsa magistral; para rechupetearse.
Para terminar lo salado, tataki de picaña con un sutil y liger sabor a mostaza, delicioso.
Una comida de diez en una tasca gastronómica, que viene para quedarse, con una de las ofertas más punteras de nuestra ciudad.
De postre flan.
Está claro que el RCP es inmejorable, cocina de calidad a precio de taberna, perfecto.
El Mule