Hemos Comido…en La Cañía. Pasa el tiempo y de repente te das cuenta que hace años que no pasas por lugares que tienen bastante historia e interés gastronómico.

Me llamó mi buen amigo Fernando, que me invitaba a comer en La Cañía. Fernando es un enamorado de la mar, como todo pescador que se precie, y una parte de su mundo gira en torno a la pesca. Me tenía preparada una sorpresa, pues uno de los comensales que asistía a la comida es un conocido pescadero de Santander.

Restaurante La Cañia Santander

Al final nuestro misterioso acompañante era Alfonso Miera, de Pescados Santander, todo un erudito en temas gastro-pesqueros, por lo que la comida se presentaba animada.

Comimos con Cunqueiro Tercermillenium, un vino blanco de la D.O. Ribeiro elaborado por Bodegas Cunqueiro. Este vino está formado un coupage de las variedades Treixadura, Godello, Albariño y, en menor medida, Loureira.

Centelleante, amarillo con destellos verdosos, aromas afrutados y notas balsámicas. De entrada afrutada, fresco y sedoso. Tiene un punto final con cierto toque de amargor y un punto de acidez.

Este vino resultó todo un descubrimiento para mí.

Restaurante La Cañia Santander

Comenzamos con unos mejillones con la clásica salsa roja típica de Santander. Mejillón muy bien cocido y de calidad, standarizados en cuanto a tamaño, vamos que bien escogidos, la calidad de un mejillón la marca el que la carne cubra la totalidad de la cáscara.

Restaurante La Cañia Santander

Continuamos con un tartar de bonito. Con demasiados adornos para mi gusto. Cuando llegas al bonito puedes apreciar el aspecto y el corte del mismo, limpio, blanquito, delicioso.

Restaurante La Cañia Santander

Mi particular visión de un tartar de este pescado es libre de ingerencias: bonito, sal y un poco de aceite, la mejor manera de saborear un pescado de esta calidad y así lo hice tras retirar los acompañantes, que por otra parta a mis compañeros les entuasiasmó o sea que al final lo que comparto en este artículo es mi visión de esta elaboración.

Restaurante La Cañia Santander

Albóndigas de rape. Rotundas, con unos buenos trozos de este pescado que no dejan lugar a dudas de su origen y por supuesto su inherente sabor. Le desmerecían las patatas fritas.

Restaurante La Cañia Santander

Mis dos compañeros de comida optaron por un principal de mero, que a todas luces tenía una pinta magnífica, pero yo no soy fan de este pescado, que resultó todo un éxito según sus comentarios.

Restaurante La Cañia Santander

Yo tomé algo más de la época, bonito con pisto. El primer bonito guisado de la temporada, no sabría decir qué estaba mejor, si el pisto o el bonito; eso sí, el conjunto resultaba delicioso, comienzo la temporada con el listón altísimo.

Restaurante La Cañia Santander

Para terminar un mix de postres que compartimos amigablemente, la tarta de manzana resultó todo un espectáculo.

Restaurante La Cañia Santander

Al final La Cañía perdura tras muchos años en el candelero y eso tiene que ser por algo, los comedores estaban llenos, el restaurante lleno a reventar, ciertamente que era pleno verano, pero cuando el río suena………

Por El Mule

 

Etiquetas del articulo

Compartir

Categorías
Scroll al inicio