Comida en el restaurante el Muelle del Pesquero en Santander con Valentín y Fonso
Empezamos con un picoteo. Valentín, conocedor de mi pasión por los marinados y escabeches, nos recibe con unos boquerones en aceite de oliva, que les viene como anillo al dedo. Los boquerones son un clásico en la cocina cantabrica, y el aceite de oliva realza su sabor fresco y ligeramente ácido.
El picoteo continúa con una flor de cebolla con salsa tártara. Nunca la había probado y me encantó: crujiente por fuera y tierna por dentro, la salsa tártara le va de maravilla. La flor de cebolla es una presentación creativa que añade un toque visual atractivo, mientras que la salsa tártara, con su mezcla de mayonesa, pepinillos y alcaparras, aporta un contraste perfecto.
Para terminar los entrantes, unas albóndigas de sarda. Estamos en plena temporada de sarda, aunque este año he visto pocas. La ración viene con salsa de tomate en lugar de la habitual salsa verde, y debo decir que me han seducido por completo. La sarda es un pescado azul, rico en omega, y las albóndigas son una forma deliciosa de disfrutarlo.
Para el plato principal, un ragú, muy bien elaborado. Potente, como corresponde a este guiso, con las patatas en su punto perfecto, el nivel justo de melosidad, espesito y con la carne que se deshace en la boca. Un final perfecto para una comida memorable. El ragú es un guiso tradicional que destaca por su sabor profundo y su textura rica, ideal para los amantes de la cocina casera.
El restaurante Muelle del Pesquero, tiene fama en torno a los arroces y los pescados y mariscos frescos, pero hay otras muchas elaboraciones por las que destaca. Un lugar en el que los guisos de toda la vida también tienen cabida.