Hemos Comido…en El Hostal, en el jardín, toda una experiencia veraniega, se come fresco y a salvo del sol bajo una sombrilla.
Siempre he querido emular el clásico picnic ingles de película: un Morgan descapotable aparcado al borde de una senda rural, la cesta de mimbre con la vajilla y cubertería, el típico mantel de cuadros, champagne y un atardecer de película, todo se andará. Quizás lo más sparecido a este picnic soñado sea comer en el jardín de El Hostal, no tan rural, más elegante quizás, mantel de hilo, sombrilla, cava en vez de champagne y un servicio impecable
En El Hostal siempre repetimos de cava Raventós i Blanc Textures de Pedra, nos encanta.
Emparedado de bocartes. Boquerón de la casa acompañado de verdura escabechada, tomate, cebolla amortiguada. Sutil, sabroso, con la acidez justa. Contrastes muy delicados y ligeros a pesar de su contundencia. Texturas y técnicas bien entendidas. Búsqueda del producto local y conocimiento, mucho conocimiento.
Continuamos con uno de los productos más expresivos de la exuberancia veraniega, la explosión de vida que surge del mar en esta época. Época de bocarte, bonito y, por supuesto, del magano, el rey de los cefalópodos en esta temporada en el mar Cantábrico y que solo admite un formato plancha o en su defecto sartén y nada más. Buena pinta y mejor sabor, espectacular, sabroso y cuasi sensual.
Seguimos con la influencia de nuestro mar Cantábrico y nos sumergimos en un tartar laminado de bonito, donde menos es más elegante. Equilibrado sabor a mar y tomate de la ribera, tomate con gran influencia marina, de Cantabria. El chef trata el producto con suma delicadeza y el equilibrio de sabores que logra es de aplauso.
Cocina de producto, carne por supuesto cortada a cuchillo en un steak tartar que me resultó demasiado cargado. En estas elaboraciones me gusta disfrutar del producto de la carne sin interferencias de sabores, estaba muy bueno pero prefiero otros menos floridos.
Pimientos verdes fritos, un perfecto aliado para lomo de vaca vieja.
Y el lomo carne, calor y sal.
Los postres, tarta de limón libre de gluten.
Y el tiramisú de aquí, que me encanta.
Y el ineludible PX congelado, el mejor fin de fiesta que hay.
Tres comesales, un RCP inigualable.