Hemos comido…en El Desván, que para mi resulta el recurso cucharero que tengo más a mano.
Siempre ha destacado por los guisos, que en muchos casos dejan el listón a mucha altura de sus rivales, como es el caso del carico. Esta alubia tan nuestra y que tanto le gusta a Sylvia, de la cual se ha hecho una merecida catadora, teniendo su propiuo ranking de caricos y donde El Desván ocupa el primer puesto.
Todavía quedaba vestigio de algún magano de guadañeta de por los alrededores de la bahía y yo me tomé un par de ellos a la plancha y nada más. Placer de los dioses, y más aún ya casi en invierno cuando es difícil encontrar algo como esto, por no decir prácticamente imposible, este año 2019 parece ser que se ha estirado la temporada.
Continuamos con otro de los favoritos de Sylvia, las mollejas plancha. Producto, toque de plancha y nada más; seguimos rechupeteándonos.
Y a partir de aquí entramos de lleno en los guisos.
Yo opté por los garbanzos con langostinos. Son una verdadera delicia, con el consabido sabor a marisco fruto del acompañamiento de alguna almeja y langostinos. Un guiso fino y sabroso, la verdad es que no me esperaba menos ya que conozco bastante bien la cocina de Mame.
Y aquí entra mi acompañante a matar a su guiso favorito, el carico viudo, sin nada. La verdad es que tampoco le hace falta nada mas, cremoso, con un caldo bien ligado y sin añadidos.
Aquí los hemos probado con almejas, con oyocántaro (bogavante para los forasteros) y mi favorito, con almejas, pero esta es su manera preferida, con el sabor de fondo de la huerta cántabra.
Como siempre un RCP buenísimo.