Hemos Comido…en Casa Enrique en Solares, como en casa, cocina tradicional y sobremesa extensa.
Me avisó Enrique para que pasara a comer, para ponernos al día tras este impass producido por el virus COVID-19, yo prefiero llamarlo virus chino, entre otras cosas para que nos acordemos qué y quien lo ha causado.
Casa Enrique, un lugar donde lo más importante es el cliente y el producto de cercanía, si a todo eso le añades un anfitrión como pocos es difícil que no vuelvas. Te hacen sentir el centro de atención y eso no tiene precio.
Antes de empezar, la tradición de siempre, que no falte la mantequilla en la región de la mantequilla por antonomasia.
Como acompañantes Torrelló Brut Nature y Tamaral Crianza 2014, una comida sin fisuras, al puro estilo Casa Enrique.
Tamaral está elaborado con uva Tinta Fina (Tempranillo). Elaborado a partir de viñedos situados a más de 900 m. de altitud en Pesquera de Duero. Ha envejecido en barrica de roble americano y francés durante 14 meses. Tiene un color rojo picota con ribetes violáceos.
En nariz frutos rojos bien conjugados con los tostados de la madera, buena estructura, con presencia de notas minerales y balsámicas. En boca es intenso como la mayoría de los vinos de la zona, con un final largo y persistente.
Torrelló Brut Nature, todo un clásico del mundo del cava. De color pálido y brillante con aromas de crianza, toques de pan, domina siempre la frescura, rotundo en boca, con una acidez que le da un final limpio, fresco y delicadamente amargo.
El primer tomate de Cantabria de calle, con bonito de Santoña, acompañado de cebolla confitada. Productazo sin complicaciones, comenzamos con la frescura como máximo aliciente en un caluroso día, tomate de huerta de Cantabria y bonito del Cantábrico, no se puede empezar mejor.
He de comentaros que el diálogo de la toma de la comada fue el siguiente,
Enrique: «¿Qué quieres comer?»
Mule: «No sé, lo que te apetezca, que tú sabes mejor que nadie lo que tienes.»
Enrique al camarero: «Pues trae lo que quieras.»
La verdad es que pidas lo que pidas el truinfo está asegurado, producto local y cocina clásica, algo que nunca falla.
Revuelto de rebozuelos. La tradición manda en este lugar y la manera más tradicional de tomar unas setas siempre ha sido en revuelto. De estructura compacta, algo gomosa y fibrosa, es una seta muy aromática con un olor que recuerda al albaricoque y algo dulzona, una seta comestible excelente. Y el revuelto estaba espectacular.
Cantharellus cibarius, conocido comúnmente como rebozuelo, anacate o chantarela.
Si en algo coincidimos los dos comensales es en que el bocarte es el rey del Cantábrico, que está bueno de cualquier manera. Una de ellas es el bocarte albardado, si viene acompañado de lechuga de catergoría y de un ligero toque de vinagre el gozo es inmenso; por cierto, un poco de cebolla con la lechuga mejora el acompañamiento. Bocarte recién pescado, lechuga viva, Casa Enrique sigue por el mismo camino, no se desvía ni un ápice.
En Casa Enrique ya saben que si hay algo que para mí no tiene perdon no tomarlo, por muchas veces que venga, es la lengua con tomate. Primero porque no la encuentro en ningún otro lado, segundo porque la elaboración es de diez y tercero porque la salsa de tomate que acompaña es casera y hecha con un mimo inigualable. Hay muchas cosas que no te puedes perder en Casa Enrique, muchas dependen de la temporada, pero la lengua es algo imperdonable, además está presente durante todo el año.
De postre tupinamba, no podía ser otro. Debido a su ascendencia lebaniega siempre te va a recomendar este postre y de verdad, hazle caso, es un final perfecto para una comida de producto de Cantabria.
Por El Mule