Hemos Comido…en El Chriringuito del Puntal, mi hija tenía ganas de comer en el chringuito, resulta que contemplan los menús celiacos y conocen como tratar a los comensales con esta dolencia.
Agosto 2016. Billete de ida y vuelta a El Puntal y comida en toda regla con algunas de las especialidades de la casa. La vez anterior que estuve en El Puntal le pregunté a Ricardo si había algún problema a la hora de ir a comer con un celiaco, me respondió que no, que tenían bastantes clientes celiacos.
Como siempre el viaje en la lancha por sí solo merece la pena y si ademas te encuentras engalanado todo el frente de la bahía, más bonito y marinero todavia merece mas.
En esta época de más afluencia de visitantes el servico de lancha es cada 15 minutos, así que entre lancha y lancha se te pasa volando.
Nada más llegar a la barra, a la caza de un sitio libre para tomar la caña de rigor y buscar una mesa para comer, algo que enseguida resolvimos. Como siempre el aspecto de la barra da gusto, unos centollos, unos percebes, camarones y una gran aglomeración de gente pidiendo.
Enseguida nos sentamos y comenzamos por uno de los favoritos de mi hija: el percebe. Percebe de buen tamaño oríginario de la costa cántabra y pletórico de sabor, recién cocido (como a mí me gusta).
A continuación otra de las especialidades de la casa, las cigalas. Cigalas de entre 150 y 200 gramos, hechas a la plancha sin abrir. Si estas no son las mejores que he comido en mi vida por ahí le andarán.
Siguiente lujo, unos maganos de guadañeta recién pescados. Planchazo y a comer, justo de punto y rezumando sabor, una delicia. La cebolla y el pimiento bien apartados, según mi parecer sobran, pero estaban justamente apartados y no interferían en el sabor.
Para terminar un lubina de ración y media, más o menos un kilogramo. Muy bien hecha en el punto que más me gusta y que se correspondía con el mismo punto que le gusta a mi acompañante, dorada por fuera y jugosa.
Postre para celiacos y no celiacos. La tupinamba, una de las especialidades de la casa y un flan de queso, cualquiera de los dos artesanos y muy buenos.
Bueno, al final en viaje en lancha sale caro, por lo menos a mí que es para lo único que cojo la lancha de El Puntal, a los dos comensales nos encantó este lujazo de comida de producto y mínima elaboración. Excepcional y el precio ajustado.
Por El Mule