Hemos Comido…en este establecimiento con solera, El Culebrero de Pedreña, ubicado junto a la carretera general, cuenta con una nueva dirección desde el pasado mes de enero.

Si hay algo que siempre recordaré del culebrero fue hace un montón de años que paramos a comer unas navajas, todos los amigos, del orden de veinte y al día siguiente amanecimos todos en Valdecilla. Pero este no es el caso desde el cambio que se ha producido en el el mismo, es más bien la anécdota del día.

Tres jóvenes emprendedores santanderinos han iniciado esta aventura empresarial con mucha ilusión y con muchas ganas de trabajar, pero con el objetivo de mantener el prestigio del restaurante y la oferta clásica de este sitio de mariscos y pescados.

Pedro Muñoz al frente de la cocina, junto con su hermano Rafael y Juan Martín Gamero, que se ocupan de la atención al cliente en la barra y en la sala, han conseguido en estos primeros meses mantener a los clientes de siempre y conseguir otros nuevos. Un buen trato personal y una cocina tradicional, de corte casera, en la que el cliente perciba una correcta relación precio-calidad.

Como principal novedad, han incorporado una parrilla en la que preparan y dan un punto especial tanto las carnes como los pescados.

En el caso de las primeras, lo que más demanda tiene son el entrecot, las chuletillas de cordero, el filete de ternera de añojo, el lomo, el chorizo criollo… Para los pescados, la oferta está condicionada a la disponibilidad: lubina, dorada, sardinas, jargo, besugos…

De lunes a viernes lo que más funciona en El Culebrero es el menú del día, que tiene un buen precio. Dos primeros y otros dos segundos, con postre, es la propuesta, que ligeramente mejorada tiene un precio algo superior los fines de semana.

En el capítulo de picoteo, destacan las raciones de pimientos rellenos de bacalao, rabas, croquetas, morcilla, ibéricos, queso, ensalada, pulpo, mejillones, caracolillos, navajas, almejas, esquilas, nécoras, anchoas.

Nunca hemos, comido pues simpre nos ha pillado entre medias, vamos, a mitad de camino, siempre paramos a tomar alguna ración, rabas, mejillones etc. Lo que se tercia. Suelen estar bastante bien y se ha notado el cambio de dirección a mejor. En una ocasión estuve tomando el menú del día que costó 9€ y estaba bastante bien. En verano y de anochecida es muy agradable la terraza.

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