Hemos Comido…en Eneldo y Tomillo, desde hoy es uno de nuestros sitios preferidos para tomar el menú durante la semana. Con las cenas te ofrecen la carta, los sábados el menú es especial y el domingo cierran.
El interior es sencillo pero, sin embargo, su comida es excelente, muy buena cocina, muy buenos ingredientes y muy buen precio. Consigue que, durante la semana, por 15€ se pueda comer en mantel de tela y un menú de lo más variado y bien hecho. Sus platos tradicionales, de gran calidad e algunos innovadores, con una gran variedad de postres consiguen siempre terminar satisfecho.
El único contra es aparcar aunque tiene un pequeño parking, siempre esta lleno y no hay sitio por los alrededores; en dos ocasiones tuve que desistir de ir a comer por no encontrar aparcamiento. No admiten reservas para el menú de la semana, pero si te toca esperar puedes hacerlo en la barra.
En esta ocasión tenia cinco primeros y cinco segundos a cual más apetecible. De primero que yo recuerde, alubias verdinas con gambón y bacalao, risotto de setas, ensalada de pulpo, verduras con jamón y foie con jamón. Dentro de los segundos chuleta al queso picón, magret de pato, no me acuerdo muy bien si era magret o confit, corvina a la plancha, merluza a la plancha y lechazo de Castilla que yo recuerde. En los postres arroz con leche, flan de huevo, tarta de queso, tarta de praliné y un largo etcétera del que no me acuerdo.
Por cierto te sirven dos tipos de pan uno integral y otro normal, yo comí con agua, pero en el menú entra vino, un vino de mesa. Comencé con alubias verdinas con gambón y bacalao, algo riquísimo, la alubia verdina es especial para mariscos pues toma el sabor del entorno como ninguna y es más suave (menos productora de metano) que otras. El plato estaba exultante, un suave sabor a bacalao y gamba maridado a la perfección con el pimiento y una salsa con un punto de espesor definible como perfecto, me encantó. No es un plato de un sabor exagerado, es más bien suave, pero a mí como dije antes me encantó.
De segundo tome la chuleta con patatas, pimientos y salsa de queso. La carne muy buena, la ración generosa, y como no unas auténticas patatas fritas muy bien hechas y cortadas de distinta manera a la habitual, el pimiento también bastante bueno.
Y al postre no llegué, estaba lleno, aunque lo que vi por mis alrededores tenía muy buena pinta, todo casero. Y cuando llegó la hora de pagar ¡sorpresa 15,91€! A mí se me hizo muy bien de precio, vamos que por esa cantidad no se puede dar más ni mejor. El servicio de lo más atento y simpático. Va a ser mi habitual de menú del día.